Emocionante ‘Viaje de Invierno’ a cargo de un magistral Matthias Goerne en el FIS
El barítono alemán ofreció una magistral versión en la Sala Argenta del Palacio de Festivales
En los últimos tiempos está siendo difícil vivir una sesión de música donde todo fluya, surja la magia y el verdadero arte se apodere de los espectadores. Pero cuando, de forma excepcional, esto ocurre, la emoción brota y hace que su recuerdo perdure en el tiempo.
Y esto es lo que sucedió este martes, día 9 de agosto, en una nueva sesión del Festival Internacional de Santander, con la magistral versión que nos dio el gran barítono alemán Matthias Goerne del ‘Winterreise’ de Franz Shubert.
Es una de las obras más románticas y tristes que escribió Shubert, y su influencia en la historia de la música ha sido constante desde su estreno en 1827, un año antes de su fallecimiento. Basada en los poemas escritos por Wilhelm Müller, son historias basadas en el paseo de un caminante (¿el propio Shubert?) a través de un paisaje invernal, gélido y sombrío, tras conocer que su amada le ha rechazado.
La obra se compone de 24 poemas que Shubert transcribió para piano y voz y forman un conjunto único, su opus 89. Se nota la calidad evocadora, los cambios de tonalidad y la capacidad expresiva de cada una de las lied. No es una obra fácil para una primera escucha, su contenido intenta relatar una crisis existencial a través de sus momentos musicales.
Y este espíritu triste y melancólico “del caminante” lo tiene Matthias Goerne tan interiorizado que lo hace suyo cada vez que lo interpreta. Estamos ante uno de los barítonos más importantes de la actualidad, de voz poderosa, de timbre nítido, vocalización y fraseo ejemplares.
Son constantes sus actuaciones en nuestro país con el repertorio de lieder alemán (en Oviedo y Madrid ya se le pudo escuchar este año y en el Festival de Granada también el pasado mes de julio), dejando siempre su arte al más alto nivel. Ahora, por fin, hemos podido admirar su magisterio en Santander con una emocionante versión de este Viaje de Invierno.
Ya desde el primer poema, ‘Gute nacht’ (‘Buenas noches’) nos envolvió en ese ambiente frío y triste del protagonista abandonado por su amada, y comienza su paseo en soledad, por caminos gélidos, sin esperanza, melancólico.
La tristeza del caminante lo refleja Goerne con puro sentimiento según avanzan sus reflexiones. Estupendo en ‘Gefrorene Traben’ (‘Lágrimas heladas’). Melancólico y triste en ‘Rast’ (‘Descanso’) y esperanzado en ‘Frühlingstraum’ (‘Sueños de primavera’).
Daba gusto deleitarse con el dramatismo que impregna en cada frase, cada palabra, sus cambios de tonalidad con una técnica soberbia y un estado vocal envidiable. Mantiene Goerne una línea de canto de alta escuela, con armónicos nítidos y medias voces que emocionan, como pudimos disfrutar en ‘Einsamkeit’ (‘Soledad’) y, sobre todo, en ‘Das Wirstshaus’ (‘La posada’) toda una lección de sentimiento dramático.
Y ese final, deseoso de encontrar la muerte que no le llega, que pide a un imaginario Organillero (‘Der Leirman’) que le acompañe en su camino, sin encontrar respuesta, donde Goerne lo canta como un suspiro, dejando caer las notas finales en puro estado de emoción.
Goerne estuvo acompañado por el pianista alemán Alexander Schmalcz, en completa compenetración musical, consiguiendo ambos una interpretación de altos vuelos.
A pesar del gran éxito cosechado, es posible que hubiera sido más apropiado usar un espacio más íntimo y más cercano, menos amplio que la Sala Argenta del Palacio de Festivales, y evitar además la tristeza de ver la sala tan solo medio llena. En todos los auditorios donde actúa Matthias Goerne se llena siempre, en Santander no ha ocurrido. Para la reflexión.