CRÍTICA

Excelso Bach en el Festival de Santander

El FIS contó con la presencia de Masaaki Suzuki.

El Palacio de Festivales acogió a la Bach Collegium Japan con la dirección de Masaaki Suzuki

FICHA:

-Festival Internacional de Santander. Johann Sebastian Bach: 'Pasión según  San Juan'. Bach Collegium Japan: Benjamin Bruns, tenor (Evangelista); Carolyn Sampson, soprano; Alexander Chance, alto; Simon Yoshida, tenor; Christian Immler, bajo. Masaaki Suzuki, clave y director. Palacio de Festivales, sábado, día 10 de agosto de 2024.

-Calificación (sobre 5): ****

Entre las novedades en la programación de la actual edición del Festival Internacional de Santander, la 'Pasión según San Juan BWK, 245' de Bach estaba señalada como una de sus citas imprescindibles. El éxito absoluto obtenido y el gran interés despertado entre el público, con un inesperado lleno de la Sala Argenta del Palacio de Festivales, ponen las bases del devenir del festival santanderino.

Contar con un ensemble del nivel técnico-musical del Bach Collegium Japan y un director de la maestría de Masaaki Suzuki, han sido fundamentales para el éxito de una convocatoria nada habitual de una excelsa obra maestra.

La 'Johannes Passion' fue estrenada en la iglesia de San Nicolás de Leipzig en 1724 hace ahora 300 años, otro motivo más, su aniversario, para programarla, donde destaca su complejidad musical y emotividad. Bach transmite la historia de la Pasión de Cristo de una forma conmovedora y profunda, lo que consigue evocar emociones en el público.

Estos condicionantes musicales son los que consiguen transmitir la Bach Collegium Japan. Su perfección técnica, el uso de instrumentos de época con total maestría y una sensibilidad especial para este repertorio, son la base que les sigue marcando como uno de los conjuntos más importantes desde su creación en 1990.

Masaaki Suzuki dirige casi a ciegas, es tal su dominio y conocimiento de la obra que es toda una lección magistral verle dirigir, a la vez que ocuparse del clave. Su estilo preciso, conciso, sin aspavientos innecesarios, muy pendiente de músicos, coro y solistas, hacen que sus versiones sean recordadas como referencia absoluta.

Bajo su dirección, una orquesta de un sonido límpido y afinación increíble, un coro de solistas de 20 voces a cual mejor (7 voces femeninas y 13 masculinas), y un nivel de personajes protagonistas que era un lujo escucharles. A pesar de que el coro inicial, 'Herr, unser Herrscher' ('Señor, soberano nuestro') sonó algo titubeante, enseguida se ajustaron voces y orquesta hasta configurar una versión de referencia.

Como lo fueron todos los solistas, desde el magnífico Evangelista del tenor Benjamim Bruns (qué manera de modular, qué expresividad en sus frases), pasando por el Jesús del bajo Christian Immler, el tenor Shimon Yoshida, o la dulce voz del alto-contratenor Alexander Chance, estupendo en su segundo airoso 'Es ist vollbracht!' (¡Ha concluido!).

Mención especial merece la gran soprano Carolyn Sampson, de una belleza y musicalidad típica de la escuela vocal inglesa. Su fraseo y vocalización tan nítida, de gusto exquisito, quedó patente en sus dos intervenciones, siendo en la segunda 'Zerfliebe, mein Herze' ('derrámate corazón mío en torrentes de lágrimas') donde dejó su impronta de auténtica dueña de este repertorio.

La orquesta formada por verdaderos solistas, es una delicia escucharles afrontar una obra de esta complejidad técnica. Toda la sección de cuerdas es un lujo de afinación, la musicalidad conseguida por la viola de gamba de Emmanuel Balssa, así como los vientos del fagot y contrafagot complementados por el órgano de Haru Kitamika, dieron otra lección magistral que seguían a ciegas la dirección de Suzuki.

El acertado uso del sobretitulado del texto ayudó a la concentración del público que llenó la Sala Argenta, incluida la asistencia del Embajador de Japón en España. Los bravos y aplausos finales fueron la cálida respuesta a una noche magistral en la historia del FIS.