Javier Camarena, emoción sólo a medias en Santander
El Palacio de Festivales de Cantabria acogió la actuación del tenor, acompañado al piano por Ángel Rodríguez
FICHA:
-Javier Camarena, tenor. Ángel Rodríguez, piano. Obras de: Tosti, Gounod, Massenet, Lalo, Donizetti y Verdi.
-Espacio: Palacio de Festivales, Sala Argenta. Domingo, día 2 de marzo de 2025.
-Calificación (sobre 5): ***
El regreso del tenor mexicano Javier Camarena al Palacio de Festivales de Cantabria, en Santander, era esperado con interés desde su anterior actuación en el Festival Internacional de Santander de 2019. Sigue manteniendo ese timbre inconfundible, ligero, con la voz bien impostada y los agudos brillantes y nítidos, sin sufrir las flemas que otrora le impedían lucirse en momentos comprometidos.
Para este recital, con adelanto de la fecha inicial prevista por tener otros compromisos más jugosos, configuró un programa en dos partes (bueno, en tres partes si sumamos las propinas que regaló), la primera de ellas dedicada al repertorio francés y la segunda al italiano. Camarena está intentando adaptar su normal evolución vocal a su nueva realidad, y lo hace adentrándose en óperas francesas donde aún le queda camino que recorrer.
Así, su versión de ‘Ah! Lève-toi soleil!’ del ‘Romeo et Juliette’ de Gounod, estuvo bien fraseada y cantada con estilo, pero le falta aún ese toque romántico emotivo que requiere el momento. Lo mismo le pasó en ’Pourquoi me réveiller?’ del ‘Wether’ de Massenet, donde fue más evidente la cortedad en el sentimiento, alejado de la elegancia de un Kraus o el exquisito gusto de Flórez. Estuvo bien en la alborada ‘Vainement, ma bien-aimée’ de ‘Le Roi D’Ys’ de Lalo, y en el mismo nivel la versión en italiano, y no en francés como estaba previsto, de “La favorita” de Donizetti.
Con el repertorio italiano de la segunda parte, Camarena estuvo más cómodo, a pesar de una versión normalita de ‘Una furtiva lagrima’ donizetiana, pero que pronto dio el salto vocal con ‘I Lombardi’ de Verdi y, sobre todo, con el aria y la cabaletta de ‘Caterina Cornaro’ de Donizetti, cantada con bravura y fuerza vocal dejando patente su alto nivel artístico.
En medio del repertorio operístico, intercaló dos canciones de Tosti, ‘Regret’ y la conocida ‘A’vucchella’ dichas ambas con gusto. Estuvo acompañado por su pianista habitual, Ángel Rodríguez, correcto, algo brusco en ciertos pasajes, que nos ofreció dos versiones personales, bastante pasables, de Norma y de Carmen, ésta en homenaje a Teresa Berganza.
Y al final, el público, por fin, se rindió al cantante (estuvo bastante frío en casi todo el recital) y Camarena nos regaló nada menos que cinco propinas, está vez todo en castellano. Dos versiones correctas de ‘El huésped del sevillano’ de Jacinto Guerrero y de ‘La tabernera del puerto’ de Pablo Sorozábal, y tres canciones mexicanas donde se pudo lucir, sobre todo, en ‘Malagueña salerosa’ con el conocido agudo en falsete que aguantó durante 12 segundos y que puso al público en pie. Y aún todavía nos regaló su versión de ‘Júrame’ para deleite del respetable.
Un recital que fue de menos a más, al que por momentos le faltó esa emoción que Javier Camarena imprimía en sus intervenciones, que solo llegó con dos escenas de bravura y con las canciones mexicanas finales.