CRÍTICA

Malandain Ballet Biarritz brilla en Santander con sus estaciones

Pétalos negros en el escenario.

El Palacio de Festivales acogió el espectáculo de danza con una base musical de la obra de Vivaldi fusionada con la de su contemporáneo Giovanni Antonio Guido

FICHA:

-Danza: Malandain Ballet Biarritz: 'Las estaciones'. Música: Antonio Vivaldi y Giovanni Antonio Guido. Decorados y vestuario: Jorge Gallardo. Iluminación: François Menou. Coreografía: Thierry Malandain.

-Espacio: Palacio de Festivales, Sala Argenta. Viernes, día 31 de enero de 2025

-Calificación (sobre 5): ****

Está claro que el universo de la danza en todas sus versiones funciona como un imán atrayente para el público general, y así se ha demostrado una vez más en Santander que casi ha llenado la Sala Argenta para recibir de nuevo a la Malandain Ballet Biarritz que dirige el coreógrafo francés Thierry Malandain. La anterior vez que visitó el Palacio de Festivales fue con su extraordinaria versión de María Antonieta, y en esta ocasión ha sido su trabajo sobre 'Las estaciones', ('Les saisons'), usando de base musical la obra de Vivaldi fusionada con la de su contemporáneo Giovanni Antonio Guido.

Thierry Malandain consigue plasmar en su coreografía toda la pasión que siente por la naturaleza y el ser humano, fusionando música y danza en una expresión bella y límpida de las relaciones humanas con su entorno. La belleza plástica de su obra se refleja en un escenario vacío rodeado de pétalos negros, una atrayente iluminación que refleja los distintos ambientes y sensaciones y un vestuario elegante, de líneas rectas y vistosidad escénica.

Ha utilizado la música de dos compositores contemporáneos, Vivaldi y Guido, con sus obras 'Las cuatro estaciones' y los 'Scherzi armonici sopra le quattro staggioni dell’anno'. La elegancia estética y la sensualidad se mezclan en una propuesta donde la música y la danza culminan como una oda a la naturaleza.

Esta nueva coreografía de Malandain fue un encargo de la Opéra Royal de Versalles, que se estrenó en noviembre de 2023 siendo un constante reflejo del mensaje que nos quiere enviar en este mundo donde todo transcurre tan deprisa y acelerado. Es posible que esta sea la razón por haber escogido una versión musical de la obra de Vivaldi con los tiempos más rápidos de lo habitual, lo que hacía que la danza de los espléndidos 22 bailarines fuera un poco atropellada en algunos finales de escena.

La estética sobre el escenario brilló.

La escenografía de Jorge Gallardo formada por esos pétalos negros y carbonizados parece que quiere reflejar a la naturaleza y la humanidad de luto, tal vez, deseando enviar un mensaje ante el cambio climático que algunos pretenden negar. Esa imagen se fusiona con la música de las estaciones del año, donde la mezcla de los dos compositores hace sonar la conocida obra de Vivaldi casi como algo nuevo.

Es una apuesta arriesgada pero que, gracias a la sólida técnica clásica y contemporánea de la compañía de Biarritz, consigue momentos de especial belleza, de dúos y conjuntos de una plasticidad pasmosa que consigue la admiración del público. El espectacular final de los bailarines blandiendo sus cuerpos desnudos simulando ser pétalos negros, es de una gran fuerza escénica.

Un acierto haber conseguido poder admirar está obra dentro de la programación del Palacio de Festivales, aunque sin orquesta en directo (hemos vuelto a sufrir el horrible sistema de megafonía), algo que sí se podrá ver en otros teatros incluidos en su gira.

La entusiasta respuesta del público de Santander es el reflejo del nivel artístico que se espera de un teatro/auditorio público como es el Palacio de Festivales, como lo será estos días la ópera 'Arsilda', 'Regina di Ponto', de Vivaldi, a cargo de La Cetra Barockorchester y que se considera estreno en España, o las funciones previstas en marzo de la impactante ópera de Poulenc 'Diálogos de Carmelitas', o la actuación de la 'Martha Graham Dance Company' en mayo, tan solo por poner unos ejemplos.

A pesar de ello, seguimos sin ninguna explicación por el cese de su programador ni de qué piensan hacer en el futuro con el que llaman “el buque insignia” de la cultura en Cantabria.