CRÍTICA

La nueva Compañía Nacho Duato pide paso en el Festival Internacional de Santander

La nueva Compañía de Nacho Duato.

El Palacio de Festivales acogió la representación de tres las obras con un nexo de unión: la naturaleza

FICHA

-Festival Internacional de Santander. Compañía Nacho Duato. 'Jardí Tancat', 'Duende', 'Na Floresta'. Coreografía: Nacho Duato. Música: María del Mar Bonet, Claude Debussy y Heitor Villa-Lobos. Palacio de Festivales, miércoles 21 de agosto de 2024.

-Calificación (sobre 5): ****

Había mucho interés por el regreso al Festival de Santander de Nacho Duato y su nueva compañía de danza, creada para exhibir sus coreografías que tanto prestigio le han dado a lo largo de su carrera. Es un proyecto muy interesante sobre todo si somos conscientes de la evidente falta de apoyo por parte de las instituciones públicas a la danza y al ballet en nuestro país. Esa apatía institucional contrasta con la entusiasta respuesta del público que llena los teatros, y en Santander ha ocurrido lo mismo.

Desde el inicio de su brillante carrera como bailarín, Duato siempre apostó por la creación coreográfica, innovando y siguiendo la escuela de grandes coreógrafos, sobre todo de Jirí Kylián, y la influencia de su estancia en el Nederlands Dans Theatre. De sus inicios surgieron unas primeras obras que definirían su perfil y que son las que ahora nos muestra de nuevo a través de su propia compañía de danza.

El programa que ha presentado en Santander son tres de esas primeras obras, de menor a mayor trascendencia, y las tres con un nexo común: la naturaleza. Así, 'Jardí Tancat' (jardín cerrado), estrenada en 1983 en Holanda y en 1992 en Madrid, se basa en la música y el texto de la canción de María del Mar Bonet. El reparto de tres dúos adquiere un carácter descriptivo, como si fueran la lluvia y el viento quienes determinan el movimiento. Las tres parejas afrontaron la obra con estudiada seguridad.

Por su parte, 'Duende', estrenada en 1991 en Holanda y en 1992 en Madrid,  sigue el mismo proceso de creación donde la coreografía va precedida por su elección de la música. En este caso, es la sonata para flauta, viola y arpa de Claude Debussy. El ballet lo forman seis parejas que expresan los distintos significados de la palabra “duende”. Es una obra de gran expresividad, con movimientos casi etéreos y de gran complejidad técnica, que originó alguna ligera inseguridad en algún paso.

Y para el final, Duato nos reserva la que tal vez sea su coreografía más destacable, 'Na Floresta', estrenada en 1990 en Holanda y en 1993 en Granada. Con música de Heitor Villa-Lobos, es un tríptico musical que recrea la belleza de las selvas amazónicas. Son cinco las parejas que comunican un sentimiento de íntima relación con la naturaleza. Aquí la belleza y la técnica fueron de consecución perfecta, movimientos y saltos en armonía y un vestuario muy descriptivo de la obra.

Sus coreografías tienen un elevado nivel de exigencia tanto técnico como físico, por eso Duato creó su propio centro de formación, la Nacho Duato Academy, donde son seleccionados y formados aquellos bailarines que realmente reúnen las condiciones necesarias para llevarlas a cabo.

Duato mantendrá su batalla particular contra esos políticos que “ni saben ni aportan nada” al mundo de la danza en España. Mientras tanto, seguirá como director artístico del Mijáilovski Ballet de San Petersburgo mientras continúa con su labor formativa con las nuevas generaciones de bailarines.

El gran trabajo y esfuerzo realizados por el elenco seleccionado, a pesar de esas esporádicas inseguridades, fueron premiados con grandes aplausos del público que abarrotaba la Sala Argenta y ovaciones al propio Nacho Duato cuando salió a saludar, aunque enseguida se retiró para dar todo el protagonismo a sus bailarines.