La “Pasión” de Bach que inspira en Santander
El Palacio de Festivales acogió la actuación de Il Gardellino Baroque Orquesta
Es innegable el poder atrayente que la música de Johann Sebastian Bach sigue teniendo entre el público. El compositor de Leipzig dejó un legado musical enorme, como son sus cinco “Pasiones” para los servicios del Viernes Santo, de las que destaca su obra más extensa, la “Pasión según San Mateo, BWV 244” para doble orquesta, solistas y doble coro.
En Santander hemos podido escuchar esta magna obra este sábado día 2 de abril en el Palacio de Festivales con la versión del gran director inglés Marcus Creed a cargo de Il Gardellino Baroque Orquesta junto al Vocal Consort de Berlín y al coro infantil “El León de Oro”, “Peques LOD”, agrupación coral asturiana que está siendo ejemplo de un trabajo musical lleno de éxitos.
A esta “Pasión según San Mateo” le pasó como a muchas obras maestras, que en su estreno en abril de 1729 en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, no tuvo la aceptación y resonancia que merecía. Hoy día, casi 300 años después, su reputación es innegable, considerada como uno de los grandes oratorios de la historia de la música. Su libreto se basa en los capítulos 26 y 27 del Evangelio de San Mateo en la traducción de Martín Lutero, y en poesías del escritor Christian Friedrich Henrici, conocido como “Picander”.
Bach utiliza la figura del Evangelista como hilo conductor de la historia de la Pasión de Cristo, requiere voz de tenor de amplia extensión, sólida técnica que le permita ser referente a lo largo de esta extensa obra de más de dos horas y media de duración. En Santander este papel lo abordó el tenor suizo Jakob Pildgram, la voz más completa y musical de todo el reparto, por afinación, contrastes vocales y una línea de canto de buena sonoridad y musicalidad.
El papel de Jesús lo abordó el barítono francés Benoît Arnould, con una línea de canto no del todo ajustada al estilo requerido y con problemas en sus graves, casi inaudibles. Bien la soprano Miriam Feuersinger en sus distintos papeles, junto al correcto tenor Thomas Hobbs y el bajo Klaus Mertens; no convenció el contratenor sudafricano Clint van der Linde, de voz opaca y una sonoridad defectuosa en algunos pasajes.
Lo mejor del conjunto vino por parte del coro, Vocal Consort de Berlín, 24 voces divididos en dos coros de 12 voces, de perfecta afinación, empaste y una calidad vocal de todos sus miembros que hace posible que algunos de ellos aborden alguno de los pasajes solistas. Una suerte haber escuchado la parte escrita para coro infantil, cantado aquí por los “Peques de El León de Oro”, donde sólo cantan en el coro inicial y en el último número de la primera parte, dejando constancia de un trabajo de estudio y preparación dignos de admirar.
Seguimos sin comprender la necesidad de que los coros, adultos e infantil, canten con las mascarillas puestas, cuando los solistas cantan sin ella, restando sonoridad a su canto y a la audición general de su actuación.
Por su parte, la orquesta flamenca Il Gardellino, fundada en 1988, es una de las agrupaciones barrocas más reputadas de Europa, sus músicos dominan el repertorio de forma absoluta, destacando los violines primeros y el sonido de los oboes en estado de gracia. Marcus Creed dirige casi de memoria un repertorio que domina como pocos (dirigió toda la obra sentado a causa de una evidente cojera). Pero, a pesar de la absoluta corrección en las formas, creemos que a esta versión le faltó algo más de chispa, de nervio, demasiado “correcta” debido a las continuas revisiones de este repertorio, le faltó algo más de “pasión” musical.
Un gran éxito que el público premió con más de ocho minutos de aplausos en reconocimiento a un esfuerzo y un trabajo de alta calidad, que debería ser el ejemplo e inspiración a seguir para futuras programaciones.