La pintora Susana Reberdito expone con ‘Noches de luna’ en la Sala Siboney, en Santander

Obra de la muestra.

La muestra se inaugurará el día 22 de noviembre y permanecerá hasta el 25 de diciembre

La Galería Siboney, en Santander presenta una nueva exposición de la santanderina de adopción, aunque nacida en San Sebastián (1962), Susana Reberdito. Residente en Alemania desde hace ya tres décadas, muestra  su obra en el espacio de la calle Santa Lucía de Santander por tercera vez y de nuevo  hablará de los sonidos, los olores, la suavidad o la aspereza, el calor, incluso los sabores de sus cuadros.

En su regreso presenta ‘Noches de luna’, enunciado bajo el que se agrupan muchas de las nuevas pinturas de las que ha seleccionado seis trabajos que compartirán espacio con obras de otras series reciente, como ‘Tempest’, ‘Oregon’ o ‘Seestück’ (Cae la noche), en una selección que busca no sólo evidenciar la solidez de su trayectoria; son todas ellas obras que transmiten por medio de la exaltación del color, una celebración sensual de la vida.

La artista enfatiza los temas reflejados por medio de formas elementales, que ofrecen esa extraña relación primitiva del color y la forma, del detalle exaltado en el delicado margen de actuación que queda entre lo vacío y lo complejo.

Como diría Gabriel Rodríguez el su texto para la exposición ‘Meeresrauschen’ (Susurros del mar), realizada en la Biblioteca Central de Santander, en enero de 2019: “cada cuadro es un decantado de sentimientos que precisa un tiempo lento de actividad contemplativa. Es una pintura ambigua en su literalidad, porque es pintura y océano, realidad e ilusión, suceso pictórico ocurrido en una escala, en una dimensión invariable, y magia sentimental del color al margen de lo simbólico, porque nos invita a un lugar de encuentro entre lo específico pictórico y lo íntimo emocional”.

Y es que su pintura deja intuir la serenidad convertida en amenaza, la paz que permite la llegada ulterior de la tormenta, nos propone caminos entre concentración y diversidad, entre figura y abstracción, espontaneidad y reflexión, orden y caos, serenidad y tormento.

Gesto

Es una pintura abstracta que como premisa básica tiene una importancia fundamental la plasmación vigorosa  del gesto que realiza a gran escala y sus potentes contrastes. Un gesto impetuoso y enérgico que parece realizado a espaldas de la consciencia, creando una realidad pictórica de plasticidad apabullante y contundente composición. Trazos con transparencia de hebras líquidas, de salpicaduras.

óleo sobre lino.

Y en definitiva, citando de nuevo a Gabriel Rodríguez, “Susana Reberdito transmite un amor a la materia, un goce sensual, enérgico y radiante que arde en cada pincelada, en los gestos que acarician o hieren las capas de pintura, para desvelar la profundidad, la veracidad de las emociones que se enredan entre las superficies líquidas del mar o de la pintura”.

Para el catálogo de su lejana exposición ‘Oceános’ (Palacete del Embarcadero, 2014), Guillermo Solana, actual director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, escribió un texto en el que aludía a cuestiones que también se plantean en esta exposición, y que de alguna manera dan título a la misma:

“El dibujo, escribió Robert Motherwell, es un yate de carreras que corta el océano. La pintura es el océano mismo”.

La sensación final que la obra de Reberdito comunica no es de disolución, sino de plenitud. El agua y la pintura identificados en una pura exaltación vital, en una celebración de la vida, con una intensa emoción sensual y casi religiosa al mismo tiempo.”

Susana Reberdito es una artista formada artísticamente tanto en los talleres de Xesús Vázquez y Esteban de la Foz en Santander, en un principio, y más tarde en Madrid y Estados Unidos.

En sus años de trabajo en Santander su pintura pasa por un expresionismo figurativo, de aliento monumental, que continúa en las series desarrolladas en Estados Unidos, de iconografía religiosa, con piedades y crucifixiones inspiradas en la escultura románica norteuropea.

A ello sucederá su serie de desnudos femeninos. Son los años en que pinta sus figuras danzantes de la Sala Griega del Palacio de Festivales de Santander, de una poderosa monumentalidad. Susana cultiva en la actualidad una pintura orgánica y colorista, de fuerte y valiente pincelada y en el límite mismo con la abstracción.