Los santos inocentes, a mandar señorito, que para eso estamos
El Palacio de Festivales de Cantabria acogió la representación de la obra del escritor Miguel Delibes
FICHA:
-Teatro: 'Los santos inocentes' de Miguel Delibes. Adaptación para teatro: Fernando Marías y Javier Hernández-Simón.
-Dirección: Javier Hernández-Simón
-Intérpretes: Javier Gutiérrez, Pepa Pedroche, Jacobo Dicenta, Luis Bermejo, Fernando Huesca, José Fernández, Yune Nogueiras, Marta Gómez, Raquel Varela.
-Palacio de Festivales de Cantabria, Sala Pereda. Viernes, día 17 de febrero de 2023.
-Calificación (sobre 5): ***
Miguel Delibes escribió en 1981 una gran novela realista sobre la España rural y el señoritismo dominante de los años 60 del pasado siglo, una novela con tanta fuerza descriptiva que adaptarla a texto dramático teatral es muy complicado. Han sido los escritores Fernando Marías, fallecido hace ahora un año, y Javier Hernández-Simón los encargados de intentar reflejar ese clasicismo imperante donde la alta sociedad trata con desprecio, hasta casi la humillación, a los sirvientes, a los estratos más bajos sociales.
Nos ha llegado ahora a Santander esta adaptación teatral estrenada en abril del pasado año en el Teatro Calderón de Valladolid, escenario obligado para el estreno, que mantiene la esencia y la personalidad de la novela, con la dirección de Javier Hernández-Simón que intenta tejer con la historia una dramaturgia con los matices que se reflejan en el texto literario. Pero el original es tan potente que su traslación al teatro queda algo plana, le cuesta transmitir la tensión y el drama desde el escenario. Es un trabajo sólido, aunque adolece de una dirección de actores algo mecánica.
Es verdad que esta versión está sustentada por un reparto de actores compacto, todos a gran nivel, que creemos se habrían lucido aún más con una dirección teatral más potente. Las escenas entre Paco el Bajo y el señorito Iván, Javier Gutiérrez y Jacobo Dicenta, mantienen la fuerza del texto y su presencia escénica ayuda a la tensión dramática; el personaje de Azarías, Luis Bermejo, es aquí menos enfermo, más terrenal. Bien Fernando Huesca como Don Pedro.
Donde sí se consigue transmitir sentimientos y drama es en el personaje de Régula, espléndida Pepa Pedroche, posiblemente la mejor del reparto, consigue ser el punto de equilibrio entre su familia humillada y los señoritos de la casa grande, “a mandar señorito, que para eso estamos”. Correctos el resto del reparto.
La escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda es única, con tres grandes puertas al fondo símbolo de las diferencias sociales, y elementos fijos de pájaros y aperos de labranza, como si fuera una fotografía del ambiente rural extremeño de aquellos años. Correcta iluminación que nos guía por los distintos ambientes y escenas, y vestuario apropiado.
Es difícil sustraerse a la comparación con la adaptación al cine que Mario Camus dirigió en 1984, donde tan bien quedaban reflejados cada uno de los personajes, y ese ambiente rural opresivo que transmitía humillación y drama, ayudado por la impactante banda sonora de Antón García Abril. La imagen expresiva de Terele Pávez, Alfredo Landa, Paco Rabal o Juan Diego, pesan mucho en la memoria colectiva.
Por eso, tal vez, tenga más mérito el esfuerzo por adaptar la novela de Miguel Delibes a drama teatral de una historia que, aunque nos parezca lejana, aún hoy perdura en ciertos ambientes. Otra cosa es que se consiga.