CRÍTICA

‘Vania x Vania’, Chéjov al desnudo

Los actores en la representación de la obra.

El Palacio de Festivales de Cantabria acogió la representación de esta obra basada en 'Tío Vania' con texto y dirección de Pablo Remón

-Teatro: 'Vania x Vania'. Versión 1. Basada en 'Tío Vania' de Anton Chéjov. Texto y Dirección: Pablo Remón. Intérpretes: Javier Cámara, Israel Elejalde, Marta Nieto, Marina Salas, Juan Codina, y Manuela Paso. Coproducción: Teatro Español y Teatro Kamikaze.

-Espacio: Palacio de Festivales, Sala Argenta, viernes, día 4 de octubre de 2024.

-Calificación (sobre 5): ****

La habilidad para reflejar la complejidad de las relaciones humanas y sus dramas psicológicos son unas de las fuentes de inspiración del dramaturgo ruso Anton Chéjov, uno de los referentes literarios y teatrales del siglo XX. El hartazgo, el hastío, y la sensación de frustración ante una vida monótona, es la esencia de su obra cumbre 'Tío Vania', estrenada en Moscú en 1900. Sensaciones atemporales que rigen nuestras vidas sin importar el lugar ni el momento.

Si algo caracteriza las obras clásicas como la de Chéjov es su mensaje vigente, su esencia viva imposible de caducar. El espectador se ve reflejado en situaciones que le son propias, que empatiza con unos personajes que siendo de ficción, podrían ser como nosotros mismos, nuestros anhelos, deseos no cumplidos y amores no correspondidos. Y ahí radica la esencia y la grandeza de Chéjov, en su capacidad de reflejo de unas vidas sencillas y anodinas.

El personaje principal de 'Tío Vania' es un hombre amargado y frustrado que ha dedicado toda su vida al cuidado de la finca de un profesor y escritor al que creía un genio. El resto de personajes que habitan en la finca son complejos, con sus frustraciones, llenos de contradicciones, lo que hace que la obra sea rica en matices para presentar esa complejidad de las relaciones humanas.

La resonancia universal de 'Tío Vania' y su capacidad para reflejar la complejidad humana, hace que siga siendo relevante para los espectadores de hoy en día. Han sido muchas las versiones para el teatro, el cine y la televisión. Ahora, con ocasión del 120 aniversario de la muerte de Chéjov, el escritor y dramaturgo Pablo Remón nos presenta no una, sino dos versiones consecutivas de la misma obra, un Chéjov esencial en su texto y una reescritura en dos épocas diferentes. Da igual el formato, la esencia es la misma.

Ha titulado sus dos versiones como 'Vania x Vania', en un meritorio intento de trasladar las mismas sensaciones en momentos y espacios diferentes. Da igual que vivamos la historia de la obra con un escenario desnudo y los personajes charlando entre ellos (versión 1), que verlos reflejados en una escenografía de la casa origen de sus frustraciones (versión 2). Pablo Remón consigue con su texto y dirección trasladarnos su capacidad empática con el drama.

El trabajo de adaptación consigue mantener todos los matices de la obra original, respetando la esencia literaria y con la habilidad de introducir frases y palabros de hoy día. Se requiere de un reparto compacto de actores y actrices muy sólidos, que en base a la palabra y los gestos, sepan reflejar y reflexionar en gráficos monólogos esos estados de ánimo frustrados y que el público los reconozca como propios.

De las dos versiones presentadas en Santander, esta crónica es de la versión primera. El escenario está vacío, es como la trastienda de un decorado con unas sillas de colores donde los seis personajes irán descubriendo sus propias vidas vacías y anodinas. El texto es tan completo y real que no hace falta ninguna otra distracción escénica para conseguir el objetivo. El descriptivo diseño de iluminación de David Picazo es suficiente para trasladarnos en los distintos ambientes y momentos de drama y hasta de humor irónico.

Todo el reparto está espléndido, un conjunto compacto que nos emociona, nos hace reír y nos pone en tensión, como el gran momento conseguido con los disparos fallidos de Vania (otra vez he fracasado). Todos merecen ser citados, Javier Cámara como Vania, Juan Codina como Alexander, Israel Elejalde (¡esa voz magnífica!) como el doctor Astrov, Marta Nieto como Elena, Manuela Paso como Marina, y Marina Salas como Sonia.

Al final, todo vuelve a la rutina diaria, a las costumbres de siempre, a los anhelos que nunca llegarán. “La felicidad es como el horizonte, siempre está lejos”.