Una paciente en tratamiento por cáncer espera nueve horas en Valdecilla para su traslado a Castro Urdiales en ambulancia

Loly en la sala de espera de Valdecilla.

El matrimonio permaneció desde las 15.00 hasta las 00.17 horas de la noche para regresar a su domicilio en el transporte sanitario donde llegó a las dos de la madrugada

Una paciente en tratamiento por cáncer espera nueve horas, tras una sesión de quimioterapia en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, para ser trasladada a su domicilio en Castro Urdiales en ambulancia.

Así lo relata su marido Jaime Pineda, de 75 años, quien lamenta la experiencia vivida ayer, lunes día 14 de octubre, con su mujer Loly, de 74 años, tras permanecer desde las 15.00 hasta las 00.17 de la noche en el centro sanitario para regresar a su domicilio en el transporte sanitario. Al final consiguió llegar a la una de la madrugada.

Loly, junto a su esposo, llegó en ayunas al Hospital a las 9.30 horas para realizar primero una exploración por tomografía computarizada (TAC), motivo por el que la ambulancia les recogió en Castro Urdiales a las 7.50 horas.

Una vez concluido el ciclo de quimioterapia, la pareja se dirigió al mostrador, hacia las 15.00 horas, para coordinar el regreso a su domicilio, momento en el que se complicó el día.

“Ya estamos acostumbrados a que algunos días haya que esperar más y otros menos, sabemos perfectamente que no se trata de un servicio de taxi ni a la carta y que a veces hay que esperar hasta dos o tres horas para optimizar los viajes, pero lo de ayer se llevó la palma”, declaró.

Tras tres horas de espera, hacía las 18,00 horas, se acercaron de nuevo al mostrador para comprobar qué sucedía y las razones de tanto retraso, momento en el que le comunicaron que había un fallo informático y que no aparecían en el sistema, “aunque no debían preocuparse que enseguida se solucionaba”.

Pasado un tiempo, una ambulancia salía hacía Laredo y se dirigieron al conductor para ver si era posible, aprovechando el viaje, alargarlo un poco más y llegar hasta Castro Urdiales. “Sin embargo nos indican que no es posible y que deben esperar su turno en su ambulancia, hecho que aceptamos, qué remedio”, indicó Jaime Pineda.

Otañés

A las 20.00 horas y tras pasar Loly cinco horas sentada en una silla de ruedas, cansada tras haber madrugado y la sesión de quimioterapia, salió una ambulancia con dos personas hacia Otañés, en Castro Urdiales. Como hay plazas de sobra, el matrimonio explica su situación y pide al conductor aprovechar el viaje, ya que el recorrido coge de paso.

“A lo cual se niega. Y por ello le pedimos que llamé a la empresa adjudicataria Diavida y comente esta posibilidad, pero nos dice que sólo cumple órdenes y que no llamará a nadie, que sigamos esperando y, si queremos, que pongamos una queja en el mostrador”, comentaron los afectados.

Llegadas las 22.00 horas y solos en la sala de Valdecilla Sur y tras más de siete horas de espera, el Hospital informa que tiene que cerrar ese espacio y que deben esperar en urgencias, donde había otras cuatro o cinco personas, “e insistiendo de nuevo en que no se preocupen que en cualquier momento les transportarán a Castro Urdiales”. Un hecho que sucede a las 00.17 horas, después de nueve horas. A la una de la madrugada el matrimonio llegó a su hogar.

Para Jaime Pineda cualquier persona que haya pasado por quimioterapia o que tenga algún familiar en tratamiento puede imaginarse lo que suponen nueve horas en una silla de ruedas después de una sesión y de haberse levantado a las 6.00 de la madrugada para acudir a la cita.

“No venimos al Hospital por gusto, sino debido a que mi mujer está enferma de cáncer y además somos gente mayor, sin recursos, como para coger un taxi o un hotel para pasar la noche. No hay derecho a que se nos trate así a los usuarios del Servicio Cántabro de Salud”, declaró Pineda.

Para este castreño es una pena que por descoordinación o guerras internas en las empresas adjudicatarias del servicio de ambulancia seamos los pacientes quienes sufran los percances y retrasos cada dos por tres. Desde su punto de vista “Hoy nos ha tocado a nosotros, pero mañana serán otros, por eso mi mujer y yo pedimos a quien corresponda, políticos locales, regionales o directivos del Hospital, que no miren hacia otro lado y tomen cartas en el asunto

Jaime Pineda denuncia públicamente esta situación para visibilizar el problema y solucionarlo, de tal forma que nadie más tenga que pasar por este tipo de situaciones en un futuro próximo.

El periódico se ha puesto en contacto con la Consejería de Salud (PP) para que ofrezca su versión.