Aparece una fisura en el muro de una piscina natural de agua del mar en Isla, en Arnuero

Piscina natural de agua de mar en El Sable, en Isla. R.A.

El Ayuntamiento obligado a redactar un proyecto para afianzar y reforzar su seguridad

Una fisura en el muro de la piscina natural de agua del mar en el Sable, en la localidad de Isla, en Arnuero, obliga al Ayuntamiento a redactar un proyecto de afianzamiento para reforzar su seguridad.

Así lo ha explicado el alcalde, José Manuel Igual (PP), quien comentó que el proyecto será ejecutado por la Demarcación Territorial de Costas, de tal forma que hay que poner a disposición los terrenos necesarios para llevar a cabo los trabajos.

De conformidad con lo establecido en la Ley, el Consistorio exime del pago de las tasas a la Demarcación de Costas en Cantabria y al mismo tiempo adopta el compromiso municipal de una vez concluidas las obras, hacerse cargo de su conservación y mantenimiento.

“Las obras se realizaron acorde al informe de evaluación de impacto ambiental de la Dirección General de Medio Ambiente el Gobierno de Cantabria y contó con el visto bueno del Patronato del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y el Ministerio de Transición Ecológica”, señaló el alcalde.

Las obras en los viveros consistieron en la recuperación de las compuertas para facilitar la entrada de agua del mar, la restauración de los muros permetrales, respetando las rocas de las playas, así como la mejora de los accesos, la seguridad y el fondo de estos espacios. En ambas piscinas, la del Sable y el campo de San Sebastián, se acometió una regularización del fondo para conseguir una mayor comodidad en su uso por parte de los bañistas y para garantizar su correcta limpieza, junto con la instalación de válvulas para proceder al llenado y vaciado de las piscinas.

Patrimonio

Con esta actuación, el Ayuntamiento de Arnuero ha apostado por recuperar una parte del patrimonio natural e histórico con el proyecto de acondicionamiento de dos antiguos viveros de langostas para convertirlos en piscinas naturales de agua del mar.

El proyecto, incluido dentro del Ecoparque de Trasmiera, une en una sola actuación la filosofía de este plan estratégico de desarrollo del municipio, consistente en recuperar el patrimonio natural y arquitectónico, la historia, sus tradiciones y la riqueza gastronómica, en este caso en particular poniendo en valor las langostas.

El alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, recordó que el Cabo de Quejo ha destacado por ser una zona muy importante de la pesca de este crustáceo, tanto por su abundancia como por su calidad. De hecho, en 1916, un decreto del Ministerio de Hacienda dispuso que se habilitase en Quejo un punto para el embarque de langosta en régimen de exportación, bajo la vigilancia del resguardo de Isla y con documentación e intervención de la aduana de Santoña.

Los viveros, que datan del siglo XIX, pertenecen a la Demarcación de Costas, y se encontraron abandonados desde finales de los años 30 del siglo XX debido a que se estancó su producción y posteriormente los hosteleros crearon sus propios viveros.

Otro de los objetivos que se persigue con las piscinas es que se conviertan en un atractivo turístico para los visitantes, de tal forma que el acceso para los bañistas será libre y gratuito.