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Conservas Solano-Arriola acude a la Feria de Santoña con sus anchoas, boquerones y bonito

Miguel Solano padre e hijo durante la Feria de la Anchoa y la Conserva de Cantabria, en Santoña. R.A.

La empresa logró el premio Aurum en 2008 en Italia al mejor elaborador artesanal europeo

La empresa Solano-Arriola estará presente de nuevo en la Feria de Santoña y la Conserva de Cantabria y acude, como viene siendo habitual, con sus tres conservas: anchoas, bonito y boquerones, con el fin de dar a conocer su oferta a los visitantes.

Una conservera de elaboración artesanal que trabaja con pesca del Cantábrico, en fresco, con una buena materia prima, procedente de la costera de primavera, y con aceite de oliva para ofrecer unas anchoas de calidad, a las que se han sumado sus otros dos productos en diferentes formatos, tanto en tarros de cristal como en latas.

Por este motivo, las anchoas Solano-Arriola recibieron el premio Aurum en Italia en el año 2008 como mejor elaborador artesanal europeo, en este caso por sus anchoas, concedido por el Congreso Europeo de Cofradías Enogastronómicas.

Miguel Solano, hijo, muestra su variedad de formatos de anchoas y bonito. R.A.

Fundada en 1995 por Miguel Solano Bustamante, exremero olímpico en México 1968 en dos con timonel, campeón de España en 29 ocasiones en diferentes modalidades y medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo en 1979, esta empresa familiar está dirigida en la actualidad por su hijo, Miguel Solano Arriola.

Su fundador adquirió los conocimientos de su madre, Anita Bustamante, y ahora esa formación ha pasado a manos de su hijo para seguir apostando por una filosofía de trabajo basada en la calidad en lugar de la cantidad.

Ubicada en el polígono industrial de Santoña, precisamente en la calle La Anchoa, la fábrica comenzó con 600 metros cuadros y ha ampliado sus instalaciones hasta los 1.600 metros cuadrados, lo que ha supuesto la creación de 25 puestos de trabajo de media al año.

En los primeros años, Conservas Solano-Arriola comenzó tan solo elaborando anchoas y posteriormente diversificó su producción, de tal forma que el bonito y el boquerón empezaron a formar parte de su oferta.

Para Solano-Arriola la Feria de la Anchoa de Santoña va más allá de la venta de sus productos. “Es una iniciativa que sirve para promocionar y dar a conocer el sector, por medio de las sobadoras de anchoas por ejemplo; lograr clientes y difundir el pueblo de Santoña a nivel nacional, en lo que contribuye la Cofradía de la Anchoa de Cantabria con los cofrades de honor que nombra y visitan ese fin de semana Santoña”, explicó el gerente, Miguel Solano-Arriola.

Este santoñés de 44 años considera que la Plaza de San Antonio es el espacio correcto para ubicar la Feria, dado que es el centro del pueblo y donde se encuentra el ambiente, motivo por el que también se beneficia la hostelería. Desde su punto de vista, la hostelería es un sector, por otro lado, que también contribuye a atraer visitantes al pueblo con el Concurso de Pinchos con Anchoas.

Y como no podía ser de otra manera, una empresa, que ha apostado por la calidad y un buen trabajo en el tratamiento de la pesca que luego son el contenido de sus conservas, se muestra partidaria de implantar el Índice Geográfico Protegido como una denominación de origen que certifique que la pesca es del Cantábrico y su elaboración y fileteado es 100 por cien en el norte de España. “De esta manera, el cliente sabe lo que compra y no se le engaña”, comentó el gerente de esta empresa desde el año 2000.

Con la mirada puesta en el futuro, en el mantenimiento de las empresas y en conservar los caladeros, Miguel Solano insiste en que se debe evitar capturar la pesca de 50 o 60 peces por kilogramo, un mensaje con el que recuerda la veda que sufrió el sector y espera que no se vuelva a repetir.