¿Qué pasa con el Sanchismo?

Debate entre los candidatos del PSOE y el PP.

Como nos cantaba Cecilia, qué pasa en esta España mía/ en esta España nuestra /De tu santa siesta/, ahora te despiertan versos de poetas/ ¿Dónde están tus ojos?/, ¿dónde están tus manos?/ ¿dónde tu cabeza?/Mi querida España/, esta España mía….

Yo que soy el más grande, el más guapo, el más inteligente, el que habla idiomas, y mira por encima del hombro al presidente francés Macrón, al canciller Olaf Scholz, que afea la conducta a la ultra Presidenta del Consejo de Ministros de Italia Giorgia Meloni, amigo de mi querida Presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, yo que he pacificado las Cataluñas, como César hizo con las Galias, que he unido a todos los extremos, pactando leyes importantes con los que antes eran antisistema y querían romper mi querida España, esa España mía…

Yo que he conseguido que la economía vaya como un tiro, que las pensiones suban más que los salarios,  ¿qué está pasando en esta España mía?, que no me reconoce los méritos y a un recién llegado, que se confunde más que habla, que miente más que piensa, ya las encuestas le quieren más.

Yo que he logrado la excepción Ibérica, hasta torcer el pulso al paro y lo bajé a límites casi no recordados, que el salario mínimo interprofesional haya subido como nunca en la historia de mi querida España.

Que he conseguido que la izquierda, de la izquierda, entre en el Gobierno del País, que el Sr. Iglesias  se corte la coleta y ponga corbata, que la igualdad no sea una palabra, no sea un adorno en un programa electoral, que he sabido rectificar cuando me he equivocado, incluso que he pedido perdón.

Yo que he sufrido la pandemia más grande conocida, una guerra contra la gran Rusia, en nuestra querida Europa nos ha hinchado la inflación, un volcán en erupción en La Palma… pero, ¿qué más me puede pasar?, que Feijóo me gane el único debate que ven seis millones de personas y ¿qué pasa con todas las veces que le he ganado en el Senado?, esas ya no valen nada.

Yo que incluso he ayudado a crear un partido a la izquierda del mío para tener más posibilidades de que las políticas progresistas sigan avanzando.  Ahora que soy el Presidente de turno de la Unión Europea, donde más puede brillar mi estrella, ¿por qué me quieren fastidiar?, pero ¿qué les he hecho yo?, ¿por qué tanta inquina?

¿A qué se debe tanta ingratitud?, ¿por qué me abandonan hasta algunos de los históricos de mi partido?, ¿qué he hecho yo para merecer este castigo?

Si España es un sistema parlamentario, tal y como describe el artículo 1.3 de la Constitución, gobierna el partido que logra tener mayoría en el Parlamento, ¿entonces qué sentido tiene eso de que gobierne la lista más votada? ¿Acaso valen más los votos de unos ciudadanos que los de otros?. Tanto hablar de la Constitución y que poco se la respeta, si se quiere cambiar saben perfectamente las mayorías que se necesitan para ello, que no se confundan los deseos con la legalidad vigente.

Por otra parte, no deja de ser preocupante poner en duda avances sociales que la sociedad mayoritariamente ha conseguido, y la propia territorialidad del Estado por un puñado de votos para gobernar, y es que esos “constitucionalistas” no deberían mercadear de espaldas a la misma.

Hay quien dice que el presidente del Gobierno es de esas personas que desde la distancia puede resultar frío, como ese jugador con buena planta, con técnica depurada, buen toque de balón, vamos que lo tiene todo, pero le falta garra, no te acaba de  emocionar, como otros con menos calidades.

Al ‘Sanchismo’ para juzgarlo hace falta perspectiva, Sánchez, es todo un personaje, lleno de claroscuros, al que puede ser fácil hacerle una caricatura, o incluso deshumanizarlo, aunque sin duda tiene cosas positivas, pero en unas elecciones no es extraño que algunos se empeñen en poner de manifiesto la parte más negativa. El día 23 julio, también será un referéndum al propio ‘Sanchismo’.