Sumar, con Yolanda Díaz
Era un viernes soleado, un amigo me avisó que sobre las 5.30 había un acto de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
Lo cierto, es que dudé, pero mi amigo es muy pesado, así le llaman ahora a la constancia, y ya se sabe, "que el que la sigue la…"
Allí estaba yo y mis circunstancias a las 17.20 de la tarde. Solo llegar la primera en la frente, había una cola inmensa de esas que si pasas por allí, preguntas: ¿aquí qué se regala?. Me puse disciplinado y pacientemente en la misma. Después de unos minutos me entraron otra vez las dudas existenciales, preguntándome me voy o no me voy, esa era la cuestión, pero la cola lentamente empezó a moverse.
Mirando a las caras de los que hacía compañía, me di cuenta de que la media de edad podía superar los 50 años. Vamos que no eran las juventudes del nuevo movimiento. De mi amigo no había ni huellas, supuse que formaría parte de la organización del acto. No me pareció oportuno molestar. Una vez dentro del local, me sorprendió la falta de seguridad. Entré con una mochila que en ningún momento fue revisada. Las sillas estaban distribuidas en forma de anfiteatro, y pronto se llenaron. Al fondo estaba la prensa, con sus ordenadores, móviles y cámaras.
El acto programado para las 17.30, parecía que la puntualidad tampoco sería una cualidad a Sumar. Puede ser comprensible, no es fácil improvisar este tipo de actos. El sol entraba entre las rejas del local haciendo la espera un tanto incómoda, bueno al menos estaba sentado y la señora que tenía a mi lado nos abanicaba a los dos por el mismo precio. Con mi gorra y mis gafas de sol tenía más pinta de espía, que de fiel seguidor del acto, el tiempo seguía pasando y ni una mala música que nos acompañara…Ya se sabe, en todo los principios no son fáciles y la paciencia es una virtud que se cuece a fuego lento.
En el escenario apareció un lema: Escucha, diálogo, esperanza, ilusión, libertad, movimiento. Me puse en pie y realicé unas cuantas fotografías a mí alrededor. Era sorprendente ver tantas personas esperando, hablaban entre ellas como si ya dieran por sabido que una hora más o menos, bien valía la pena, para escuchar a la vicepresidenta.
Por fin entró ella, Yolanda Díaz, la de la amplia sonrisa. Apareció como una estrella entre los aplausos del público, era aquello del clamor popular, que a algunos les ciega y otros puede confundir, pero que también habla de empatía con los seguidores y el cariño de los mismos. Después de los abrazos y fotografías de rigor y saludos correspondientes, más aplausos y más sonrisas. Tomó la palabra una chica, que comenzó a hablar sin presentarse, bueno debe ser aquello de que hable la gente, "la voz para el pueblo"…
Fue desgranando las desgracias pasadas y las actuales. Iba hablando combinando el euskera y castellano, se le notaban los nervios, pero el mensaje era claro, destacar el trabajo de los diferentes colectivos sociales. Se fue soltando y alguno de los invitados nos dijo que era Leire, como si la conociera de toda la vida. Ella fue presentando a otros protagonistas, representantes de estos colectivos, que fueron relatando sus puntos de vista. La política de vivienda, educación, colonialismo, machismo, el estado de bienestar herido. Sumar y sumar desde la izquierda.
Toni…una mujer que desprendía energía contó "llegué hace 18 años del Pulgarcito de las Américas, he visto y compartido con muchas mujeres migradas, que sufren las opresiones del sistema, es un sistema de muerte y no de vida. Mujeres sin derechos laborales, mujeres explotadas por un régimen de internas, la nueva esclavitud del siglo XX. Falta una redistribución de la riqueza, una renta básica universal, el reconocimiento de los derechos civiles. Terminó su intervención con una frase de Ángela Davis: "ya no acepto las cosas que no puedo cambiar. Estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar".
Luego intervino Aitor, nos decía que le abrumaba ver a tanta gente, nos habló de la crisis energética y climática, siendo los más desfavorecidos los que más las sufren y quienes tienen dinero solucionan sus problemas, los demás…Grandes empresas en pocas manos, hacen un sistema injusto, el debate del decrecimiento se tiene que poner encima de la mesa…
Más tarde, tomó el micrófono Amaia, más dura en el tono, habló de la mayor desigualdad, no podemos mirar hacia otro lado, hay que trabajar desde la economía solidaria, garantizar los derechos humanos y sociales. El gran melón de los cuidados, la economía solidaria, el importante papel del feminismo. Empoderar a la mujer, el espacio y la forma en el ámbito familiar y profesional. El consumo responsable, empresas y administración, potenciando el comercio local, avanzar en el sistema de gobernanza y trabajar en equipo.
Leire presentó a Iñigo Mijangos uno de los miembros más importantes del barco de salvamento humanitario de migrantes Aita Mari. Fue recibido con un estruendoso aplauso, son muchos los que saben de su gran labor humanitaria y de las muchas vidas salvadas.
Nos habló de las recomendaciones de Naciones Unidas y de la propia Unión Europea, de tantos documentos y palabras, que de cumplirse los aplaudiríamos hasta que nos sangraran las manos. Migrar es un derecho, sin embargo, no es posible para muchos, la realidad es racista, la Ley de extranjería lo es, y no se cambia por el gran coste electoral que tiene el enfrentarse a las acciones racistas aunque siempre está la incoherencia de lo que nos dicen y lo que hacen...
Nos contó, Arantxa, que su abuela nunca en su vida había entrado sola en un bar, su madre también había sufrido limitaciones, pero hoy, hoy, existe la dictadura de las redes sociales, chicas jóvenes rehenes de la imagen, figura, belleza…Necesitamos un contacto directo y en Suma caben voces diferentes, ilusión por otro mundo diferente, por otro mundo mejor.
Leire subió el tono de la voz para presentar a la vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz. Ella, la de amplia sonrisa, tomó la palabra y con una voz tranquila y vivaz después de dar las "boas tardes, arratsaldeon, eskerrik asko", explicó el cambio de nombre del lugar donde se celebraba el mitin, si se le puede llamar así.
La campa de las Piedritas ha tomado este nuevo nombre porque así lo han querido los vecinos, desde las raíces, desde la gente que se une para cambiar las cosas. No se puede sumar sin Euskadi y en Sumar apostamos por un país inclusivo y pluricultural, con un amplio sistema de protección social. Dio las gracias a los pensionistas, por defender los derechos de todos y más aquí en Bilbao que son una marea social.
Al fondo un perro ladraba, como queriendo afirmar las palabras de la vicepresidenta. Subía el tono de su voz, parecía desafiante, pidiendo la subida de los salarios, hasta la propia OCDE lo está recomendando. Los salarios son un problema, no hay mejor herramienta que subir el SMI, el reto es grande y apasionante y sabemos que nos vienen tiempos difíciles. Esto va de que hagamos posible Sumar, sumar es para vosotras.
Si ellos, los que vosotros sabéis, vuelven ya sabemos lo que van hacer. No tienen plan para mejorar el país. Ellos no quieren subir las pensiones, pero las pensiones no son problema por los gastos, lo que hace falta es más ingresos. Recortar el gasto público. Recortar en educación, sanidad…La democracia no es solo votar. Feijóo quiere volver al pasado a la energía nuclear. Sumar es un proyecto ciudadano, que cuenta con todos. Los derechos humanos hay que cumplirlos aquí y en todas partes, este es vuestro proyecto, queremos vidas libres, personas iguales en derechos, tenemos un proyecto de perfil propio...
Ya nos decía Mario Benedetti:
“Lento pero viene el futuro se acerca despacio
pero viene ya se va acercando nunca tiene prisa
viene con proyectos y bolsas de semillas”
Un tercio de la población tiene problemas para llenar la cesta de la compra, para llevar una alimentación adecuada, estos son los problemas importantes, de los que queremos hablar y dar soluciones, dar viviendas y oportunidades a los jóvenes, la enseñanza, la sanidad, nuestras pensiones, nuestros derechos sociales, para ello tenemos que Sumar, Sumar… y Sumar.
La ovación fue de las grandes, con el público en pie entregado… Eché de menos a todos gritando Sumar, Sumar y más Sumar está todavía poco entrenado, pero tiempo al tiempo. Después vino el turno de ruegos y preguntas. Muy interesante…pero algunos se lo tienen que mirar cuando esa pregunta es mucho más extensa que la respuesta… No hay que olvidar que haciendo lo mismo, dirigiéndose a los mismos, lo más probable es tener los mismos resultados y eso no suma.
Sigilosamente, me levanté y me dirigí a un miembro para darle un libro dedicado a la vicepresidenta, por si le puede servir de ayuda la experiencia de cientos de familias de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA), donde se han violado todos los derechos imaginables y es que todos podemos Sumar… en tantos aspectos de la vida.
Ahora bien, cuando un nuevo proyecto nace, merece la pena escucharlo, respetarlo y desearle lo mejor. Que las semillas que están plantando vean la luz de un futuro mejor. A Sumar, a levantarse ante las injusticias. A Sumar y soñar por ese mundo mejor.
Y a Su... Mar