Un náufrago en el Nuevo Milenio

Las cosas habían cambiado demasiado y en muy poco tiempo. La gente cada vez estaba más encerrada en sí misma. Él también.

Los nuevos medios tecnológicos son ahora quienes guían y conforman las formas en que nos relacionamos. Nos dicen lo que necesitamos y debemos satisfacer esas necesidades de forma inmediata.

El placer es espontáneo y efímero por lo que constantemente somos bombardeados con nuevas cosas que nos proporcionarán esos momentos felices. No estamos atados a ningún lugar ni a otras personas. Siempre hay un nuevo sitio que visitar, nuevas personas que conocer. Promesas que no se cumplen o lo hacen tan sólo por un corto periodo de tiempo.

No se equivoca cuando piensa que es un carcamal, alguien chapado a la antigua, porque es lo que la sociedad actual le transmite continuamente. Pero para él y otros como él es muy difícil tener que actualizarse cada poco tiempo si quiere seguir el ritmo que marcan quienes manejan los hilos desde sus despachos en altos edificios de cristal.

Marionetas, eso es lo que quieren que seamos. Compra esto, visita aquello, piensa así, opina de forma distinta… Oferta, promoción, gana seguidores, relaciónate con estas personas… Conviértete en el influyente capaz de vender nuestro propio producto, nuestro estilo de vida, nuestra ideología… Nada de esto funcionaría si no fuésemos sus títeres.

Cada vez estamos más solos porque hemos abandonado a los demás. No es país para viejos, tampoco para niños. Nos han proporcionado las herramientas perfectas para parecer jóvenes, guapos, con éxito… Vivimos esa gran mentira y nos revolcamos con regocijo y sin preocupación. Nos han arrebatado la razón que nos permite la reflexión. El mundo real cada vez está más vacío, deshabitado.

Tan solo le queda un refugio en el que cada vez está más incómodo. Dios apagó la luz y se ha mudado de casa. Él también nos ha abandonado. No, hemos sido nosotros quienes le hemos abandonado. Porque Dios siempre ha vivido en nuestros corazones. Dios ha sido sustituido, reemplazado, exiliado.