Contagiosa desgana política en un alambre al rojo vivo de decisiones
La estimación votos por Correo, anticipada por este medio, el pasado día 6 de junio, lindando con la realidad, probable sprint de mejora final para el PP.
En la presente ocasión, conocidos ya los principales resultados, la sociedad civil ha decidido de nuevo afincarse y abonarse a nuevas reediciones basándose en la fragmentación política como si de “bombas de racimo” se trataran, mediante nuevas opciones a escoger a su alrededor, que estos momentos podrían facilitar cualquier componenda, y hasta convocar nuevas elecciones.
Ya dispondremos de tiempo en las próximas columnas para ir comentando el devenir de los posibles supuestos en perspectivas.
Esta columna de urgencia, se va a centrar en contemplar alguno de los episodios que han venido suponiendo durante demasiado tiempo, inquietudes relativas al voto por Correo de extraordinaria importancia en las presentes elecciones generales, basadas en el anhelo de no silenciar pretensiones.
Recordarán uno de los puntos que llamó la atención en toda España, fue lo repentino de la convocatoria, con el riesgo que conllevaba la fecha elegida en plena diáspora vacacional, lo cual podría suponer que muchos miles de votos podrían verse afectados en su presentación por nuevas contingencias surgidas debido a la tipología del voto
Si además contábamos con una guerra de cifras y vocablos emitidas entre Correos y Sindicatos, variados términos intentando justificar una situación de caos en cuanto a por ejemplo, pretender que el electorado asumiera distinguir significados tales como: “entrega de votos en mano”; “intentos de entrega”; “recogida de documentación”; “pendientes por recoger”, entre otros, nos hemos encontrado que la cifra oficial inicial declarada de solicitudes de voto superior a los 2’6 millones solicitudes cursadas, se vieran afectadas y disminuidas por los vaivenes de tal diáspora vacacional no adecuadamente planificada según circunstancias.
Resulta obvio, que el elector que realiza este tipo de voto distinto del presencial debería también encontrarse exento o a cubierto del conocido “affaire”, surgido, si se hubiese previsto y aplicado el Art. 103.1 de nuestra Constitución, (Eficiencia y otros), que cita la obligación de la Administración Pública de velar entre otros principios, por la eficacia y coordinación, como elementos básicos aparentemente eludidos o inaplicados en el voto por Correo por la Administración Pública.
Este medio, según propias estimaciones, adelantó razonablemente a sus lectores el pasado día 6 de junio, es decir, con mes y medio de antelación a la fecha de elecciones, en columna titulada: la introspección o mirarse a uno mismo, ciertos pormenores o argumentos esgrimidos de porqué el voto por Correo, podría triplicarse hasta alcanzar un nueve por ciento de solicitudes, constituyéndose en cifra récord dada la situación actual de España.
Hasta el presente a pesar de ajenos vaivenes no controlados, nos hemos aproximado en un alto tanto por ciento a dicho nueve por ciento aunque la estimación avanzada en este medio de tres millones de votos por Correo se viera ligeramente reducida como consecuencia de que parte de los afectados desistieran de votar ante imposibilidades manifiestas.
Aprovechemos para recordar, que en las elecciones municipales del 28M-2023, la cifra referida al mismo tipo de voto por Correo fue de 984.000 votantes (2.81 por ciento),
Asimismo, en las elecciones generales de noviembre 2019, fueron 1’3 millones los votos emitidos (2.9 por ciento). Nada que ver con la realidad actual
A continuación, ofrecemos desglose básico del cálculo realizado: hemos estimado a tenor de las vicisitudes del país, que podría alcanzarse dicho porcentaje, asumiendo que sería el triple al registrado en noviembre de 2019 (2,9 por ciento).
Considerando el censo electoral actual en territorio nacional es de 35,1 millones la aplicación de dicho nueve por ciento suponían 3,1 millones de votos.
Según Correos, ha gestionado 2,4 millones solicitudes de voto de las 2’6 millones, inicialmente recibidas, “quedando, vaya usted a saber en qué limbo”, los restos.
Finalizando, la estimación inicial del nueve por ciento, tres millones, publicada por este medio el pasado día 6 de junio, es decir, con una antelación aproximada de 90 días, no se aleja en demasía a pesar de los mencionados “vaivenes”, como serían los 2,6 millones sometidos a ese llamado “oscuro objeto de deseo del voto por correo”.