Cállate
“Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”. Una vez más mi libro de cabecera por excelencia, El Quijote, me da la clave en algunas de sus frases cuando veo que lo que me rodea no es lo que quiero vivir, pero no hay otra y aquí seguimos, como una reincidente sin escrúpulos.
Es fácil cerrar bocas desde arriba, es lo más sencillo que existe cuando con una multa de miles de euros saben que te van a silenciar por un tiempo; pero apunten bien el dato, solo por un tiempo.
Hay algo con lo que aún no cuentan, aunque están investigando cómo llegar a lograrlo, no crean, y es lograr patentar el primer escáner que detecte los pensamientos e ideas de cada ser humano para después acabar con él en la hoguera. Harán todo lo posible para hacerlo realidad y cuando lo consigan serán los dueños del mundo bajo el yugo de algo que les hará caer en su propia dictadura, como un cazador cazado o como una ironía del destino más cercano de lo que se imaginan, porque ellos mismos serán víctimas de sus propias leyes.
La libertad de expresión o hacer público las experiencias que cada uno haya vivido en la sociedad en la que estamos se está cobrando un precio muy alto, quizás más alto que el Euribor de este año, ahí es nada, por lo que apagar la voz de los que les hacen perder el equilibrio en una silla poco asentada es peligroso para ellos, por ende, como consecuencia por tu osadía civil, habrá que hacerte desaparecer y que seas un modelo piloto de cómo se actúa desde las altas esferas para mostrar ejemplaridad al resto de los ciudadanos que cogen las limosnas que estos dan y los alaban como si fueran dioses romanos embriagados por el vino de Baco.
Es curioso que grandes periodistas o presentadores de la televisión no hayan sido examinados con minuciosidad por la Fiscalía por delito de odio y sin embargo los Youtubers, que tienen más o menos medio millón de suscriptores, sean la cabeza de turco de un sistema que debería lavar la ropa íntima desde dentro, porque llevar un traje no les define como higiénicos, sino que hay que examinar las entretelas para comprobar que no se las han cambiado desde hace tiempo.
La pregunta está en el aire con respuesta retórica incluida y es ¿por qué ellos y no otros? He llegado a una sencilla conclusión, porque la televisión está perdiendo audiencia y estas nuevas plataformas están calando hondo en los más jóvenes. Si se les ahorca a estos se acaba con el problema de raíz y se puede seguir viviendo del cuento; el de la Cenicienta, para más señas.
Jamás una opinión, una investigación, contar experiencias o decir que no se está de acuerdo con algo fue tan delictivo como hasta ahora, por lo que o te callas o te cosen la boca.
Es tan preocupante lo que está pasando que hasta yo estoy en su lista negra, por lo que cada día espero que toquen el timbre para traerme una notificación para ser juzgada y encarcelada, porque no duden de que lo estaré, ya que la multa no la podré pagar, pero también les aseguro que yo en el trullo no les convengo porque seré la primera en crear el primer sindicato de presas de Cantabria, con sede en Santoña, y acudirán todas las reclusas a misa conmigo para meditar por no tener asterillas para practicar yoga y ser más barato para el estado no pedirlas como subvención por ser la Asociación de Reas en Meditación Kundalini. (ARMK)
Seremos tan famosas que hasta los medios de comunicación se pondrán en contacto conmigo, ojito que no concedo muchas entrevistas, por falta de tiempo presidiario, por lo que las convenceré para escribir, para leer, para pensar en filosofía con Nietzsche como base fundamental y con un espíritu crítico tal que cuando vayamos a por la comida del mediodía discutiremos con silogismos y deducciones lógicas si la pasta está poco cocida o habría que haberla dejado cinco minutos más.
Bienvenidos al sistema presidiario por excelencia porque vamos a ser tan exquisitas que alguna hará méritos para entrar y dejar huella tras robar un banco con la pistola de plástico del chino de al lado y seremos un referente para las cárceles de Estados Unidos por nuestra ejemplaridad. Las eruditas presidiarias nos haremos llamar. ¡Toma nombre en potencia, supéralo, alcaide!
Me llevaré libros, les organizaré una biblioteca central en donde ningún escrito, repito, ninguno, será censurado para que cada una saque sus conclusiones y no dormiremos hasta que alguien haya sembrado una duda razonable que nos haga pensar en sueños profundos.
De igual manera el patio será nuestra sede central, donde como si de camaradas se tratara, nos sentaremos en el suelo dibujando en el mismo con tizas de escuela los planes estratégicos para escapar de una prisión sin tener que tocar la puerta de salida, es decir, que huiremos con el pensamiento, algo que aún no controláis y que os da más miedo que un papagayo cantando por soleares, que no por Solares, aprendan un poco de localidades Cántabras.
En definitiva, que si fuera soy un peligro ni os cuento lo que seré entre rejas, porque de allí saldrán con permiso penitenciario los próximos presidentes del gobierno con paridad sin cremallera y vamos a llevar mejor el país que cuatro como ellos habiendo tenido escuela.
Hasta ganas tengo de empezar la revuelta y verme en una de estas. Como me apuren pongo uniforme escolar de presidios con una falda de tablas de cuadros escoceses que a más de uno le hará temblar la entrepierna y les tendremos cogidos por donde canta un eunuco.
Anda que no lo voy a pasar de madre con la Gerpe y el Gisbert dando clases de oratoria en un púlpito improvisado con el mostrador de servir comida en la mesa. Porque yo a Gisbert le digo que se convierta en mujer para entrar en nuestra cárcel, pero ya, puesto que le necesitamos en la brecha y pocos tenemos como él, perdón, como ella, si se diera el caso. Ironías de una loca como yo.
¿A qué tenéis miedo los que estáis siendo perseguidos con la cruz de Cristo sobre vuestras espaldas? A nada, no debéis temer a nada porque los que os temen son ellos a vosotros, por la valentía de soltar por esa boca que Dios os ha dado lo que es la realidad que se vive y que algunos no la ven porque los cristales los tienes de mierda a más no poder.
Id a juicio, alegad todo lo que os quieren silenciar. Os persiguen porque no sois los tontos que se convierten en youtubers para hacer el ganso con un pañuelo de cocina en la cabeza, sino porque sin moveros de vuestro escenario y con utilizar tan solo el instrumento vocal habéis dado donde más duele; en la herida gubernamental.
Que no os tiemble la voz, porque así se tambalea el reino de la libertad de expresión y sois muchos los que dais clamor a los que están mudos sin saber que pueden hablar y que con solo intentarlo es más que suficiente, pero es mejor agachar la cabeza y no enfrentarse al sistema, que poco te da, pero te da, por eso se callan y sobreviven con migajas de indecente solemnidad.
Abogados, escritores, politólogos, feministas, las de verdad, no las del clítoris como medida de ganar votos sin pudor ni educación sexual, que las falta y bastante... Muchos están siendo acosados por un sistema que lo utilizan a su antojo para debilitarlos desde dentro y hacerlos caer como la torre del tablero de ajedrez. Con lo que no cuentan es que los peones son los Brave Hart defendiendo su fuero y a la reina: LA PALABRA.
No soy de las que sobresale con sus artículos, pero empiezan a ser molestos, por ello los censuran y me penalizan hasta poder cerrar mis cuentas. Es curioso que con la libertad de expresión que creíamos que teníamos y con la libertad de culto y mi religión no pueda defender lo que creo que son los valores con los que he crecido y tenga que tragar por una laringe, que tiene faringitis política aguda, con lo que ellos me exigen que es la nueva doctrina de fe.
¿Hasta cuándo creen ustedes que esto les va a servir? ¿Hasta cuándo la imposición consiguió que la gente no se rebelase? ¿Hasta cuándo un sistema que te silencia y sin embargo mientras dice sí con la cabeza en su mente va gritando sus verdades absolutas en base a sus creencias y cultura?
No van a frenar la libertad de nadie porque no van a tener dinero suficiente de los fondos públicos para crear más cárceles y encerrarnos a todos. Quizás lo logren con La ciudad de los 15 minutos, pasen y vean, y ni lo intentan porque después no tienen para vicios Berni.
El problema es que la historia vuelve como una bofetada en la cara para ponértela del revés cuando ellos quieran y podrían recurrir, presuntamente, a prácticas de guerras anteriores para justificar el buenismo como algo inevitable para salvar al efecto borrego de un ciudadano que va al matadero con sonrisa y sin saber que el cuchillo está afilado y que el corte será limpio y con acierto.
Sin más, aquí sigo esperando a la cartera a que me llegue la carta de una cita con la justicia por un delito que jamás he cometido ni cometeré.
En su mano está pasar después por la justicia divina, les aseguro que tengo pase de oro y no haré cola ni aunque me tiren del brazo para guardarla.
Con Dios, señores. Nada más que alegar, Señorías.