De profesión, pastelero
Con la iglesia comunista hemos topado una vez más, con la incongruencia y la falta de escrúpulos de un lenguaje inclusivo que está creando más dolores de cabeza que Naranjito en el mundial del 82 coreando la Macarena de los del Río.
Sí señor, eso es ser inepto en la materia y analfabeto en las letras en cuanto al genérico se refiere en filología y por ello les expongo lo que ha sucedido hace pocos días.
¡Dios, cuánto mal han hecho eliminando el latín como asignatura obligatoria para entender la etimología de las palabras y el entendimiento de la lengua en su esplendor! Estas son las consecuencias de las reformas en la educación. Ha habido tantas que como sigan por esta línea van a reducir las asignaturas exclusivamente a aprender labores y mecánica, porque son chapuceros hasta para reformar y legislar.
Les pongo en antecedentes: En Barcelona un establecimiento ha sido sancionado con una multa de 7.501 euros por poner un anuncio donde se buscaba Maestro Pastelero y por ser ese cartel discriminatorio, en cuanto al género, han decidido que se le sancione por ser machista y homófobo.
¡Ole, ole y ole a lo que van destinados nuestros impuestos para gente que no tiene ni idea de lo que es usar correctamente la lengua española y quieren imponer las declinaciones de la época de Juvenal y Julio César en la Roma antigua, transformándolas en terminaciones inclusivas, para que nos refiramos a las cosas como: maetrum, maestre , maestrum, maestri, maestro, maestro. Solo les falta decir que en dicho cartel debe figurar el siguiente dato para ser más precisos, que es un acusativo en latín de la segunda declinación y que así ya todo está aceptado y es correcto para el Gobierno! A esto vamos a llegar, verán como me dan la razón en breve.
Mira, cariño, a ver por dónde empiezo. Soy descendiente de los mejores pasteleros de Oviedo de este país, sobrina de los mejores maestros en la materia, Eduardo y José Iglesias Martín; prima de sus descendientes, Daniel Iglesias Platas y David Iglesias Gutiérrez y teniendo como referencia la mejor pastelería de Asturias, por lo que algo sé y me he documentado.
Hay que ser imbécil, así sin anestesia se lo digo, para no saber lo que es un genérico en Lengua Española, ya ven, esto es lo que tiene que unos desprestigien la carrera como tal por creer que no aporta nada a la sociedad y que no tiene salida, y como filóloga que soy les explico que son tan absurdos en sus argumentaciones preliminares que dan ganas de callar bocas para que no vuelvan a hablar en la vida.
A ver, señores míos, ese cartel que ustedes consideran excluyente pone de manifiesto que ambos géneros están incluidos en la petición de poder encontrar a un maestro para la función inicial y ustedes, una vez más y vayan a saber por qué, deciden que como no incluye a los tres, porque no ha puesto maestra pastelera y maestre pastelere, es un desprestigio y una aberración en toda regla.
A esto lo llamo yo sentido común de la Ley de inclusión por no llamarla de otra manera porque me da miedo que me anulen y vengan los de la censura de Pinochet a llevarme para desaparecer del mapa.
Ya no sé cómo llamarlos a los que hacen estas atrocidades con la lengua, por lo que he decidido ignorarlos, como si fueran un bicho raro de la sociedad por querer cambiar el lenguaje porque les apetece, ese día se han levantados sembrados y tomando un café deciden a ver que tropelía cometen hoy. A ese punto hemos llegado, señoras y señores, o debería decir señores, señoras y señeres, que ya no sé cómo debo dirigirme para no excluir ni el orden de exposición del sustantivo, aunque ganas me dan porque son ustedes el radicalismo extremo de una religión que la católica y la musulmana les van a hacer los recados y no tardando.
Mi pregunta es: ¿si en dicho anuncio se hubiera puesto exclusivamente que se buscaba maestra pastelera o maestre pastelere se le habría sancionado? ¿Habría sido noticia que no habían incluido al género masculino? Noooo, por supuesto que no, porque eso sería digno de admiración y aplauso, ya que si omitimos el masculino sería una alabanza aplicar su merecido a un patriarcado exacerbado. Nada más que alegar, Señoría.
Retrasados, ineptos, censores, y mil calificativos más se merecen, pero hoy estoy cansada y no tengo las neuronas para conectar más de lo debido y por ello se libran. Son ustedes tan absurdos que ya no vamos a saber cómo dirigirnos a la gente, es más, si se ponen tontos me niego a que cuando me mencionen no lo digan correctamente y se dirijan a mi persona cuando me presenten como: Mónica. Mónico, Mónice, que estoy segura de que vamos a vivir esto y no tardando.
Es increíble que haya gente en el gobierno tan inepta que nos estén dirigiendo como a borregos en un monte sin nada para pastar, por lo que estoy escandalizada y con ganas de gritar ¡Basta ya! de hacer las leyes a su antojo, de multar a quien no ha querido ofender y de que conviertan a la legua en un juguete en manos de mancos, porque no tiene otro nombre.
Dentro de poco veremos que a las mujeres cocineras tendrán que llamarlas Chefas y a los periodistas, periodistos. Ojo, ojo con este último dato que el sustantivo periodista termina en A y aquí ni Dios ha dicho nada al respecto por ser excluyente para los hombres, por lo que a partir de ahora cuando busquen periodistas ya pueden poner periodistas, periodistos, periodistes o la multa será mayúscula por un ministerio y una insustancial al frente del mismo.
Pero esto no quedará ahí porque rizarán el rizo tanto que lo quemarán con la queratina del gobierno más distópico de la historia de la humanidad, por lo que todos los carteles en su totalidad deberán ser cambiados por ser simbología nazi, presuntamente, de un patriarcado exacerbado que somete y humilla a la mujer, a los trans y a los nacidos bajo el signo zodiacal de Tauro con ascendente a Venus con lunar descendente y fiestas de guardar.
Cuidado, que como esta siga por esta vía los exámenes sobre la guerra fría, el telón de acero y la caída de Sadam Husein serán escritos en los tres supuestos géneros porque nadie sabe, pero se van a molestar en averiguar, y no tardando, si los protagonistas eran bisexuales, querían ser trans y no había medios y por ello se vestían con prendas femeninas y querían ser inclusivos con un lenguaje que los identificase y a las vez los excluyera del resto.
¡Madre mía, qué pedrada tenemos en la cabeza y aún no lo sabemos! Por lo que como descubran que Napoleón era trans harán lo posible para que en los libros de historia del curso que viene se le llame Nopoleone y cambien la bandera francesa por una de arco iris.
En este punto estamos, aunque no se lo crean, y lo peor de todo es que se llevará tan al extremo que todo, absolutamente todo, será digno de mención en el lenguaje inclusivo. Asustada estoy y les aseguro que el pasaje del terror me va a parecer una salida extraescolar porque va a ser lo más light que he visto en mi vida.
¿Lo siguiente qué va a ser, argumentar que ese establecimiento solo admitía maestros pastelero hombres porque si eran mujeres se les relegaría a un sector de solo amasado y limpieza del local?
No sé lo que pretenden, pero les garantizo que la censura ha vuelto y con más poder que lo que se imaginan. Como esto lo veo venir estoy segura de que como hagamos un escrito y no incluyamos a todos los géneros que se nos imponen seremos sancionados por homófobos en extremo, por lo que ya me veo titulares de prensa en la sección de buscar trabajos con el siguiente enunciado:
“Restaurante, restauranta, testauranto solicita camarero, camarero, camarera, camarere para cocina, cocino, cocine, con conocimientos, conocimientas, conocimientes de plancha, plancho, planche.”
Les aseguro que esto se va a imponer y no tardando, por lo que van a dar ganas de no hablar y de relacionarnos con Morse, con Tantán y con señales de humo y, ojito, porque como se pongan tontos en vez de líneas y puntos para el Morse van a ser más inclusivos y van a introducir los interrogantes, por tener forma de mujer, las exclamaciones por parecer un hombre y los asteriscos porque son no binarios y cuidado con las señales de humo porque si el viento sopla de poniente se referirá al género no binario y si sopla del norte masculino, con el sur como femenino.
La lucha de poder en la lengua ha llegado para imponerse con fuerza. Solo estamos deseando que alguien tenga sentido común y no la aplique como quieren porque es un disparate, madre mía, por lo que todos, todas, todes seremos multados por elaborar mal un escrito, escrita, escrite y nos quedaremos como analfabetos, analfabetas, analfabetes por no usar el lenguaje inclusivo.
Si esto no les da miedo en extremo ni pregunten por la película del Exorcista, creo que ahora es para todos los públicos.
Voy a reciclarme en esto del lenguaje que voy a la cola y me multarán en breve, ¿eh, ministra? Perdón, perdón... quería decir, ministra, ministro, ministre, que aún no sé muy bien de qué palo va usted y yo multas quiero pagar pocas.