La Guardia Civil de Cantabria destruye más de 1.000 armas
En los tres últimos años se han achatarrado nueve toneladas, la mayor parte escopetas y pistolas
La Guardia Civil de Cantabria ha procedido al achatarramiento, por el procedimiento de fundición, de 1.034 armas de distintas categorías, en aplicación del Plan de Control de Armas de fuego (PICAF)
La mayor parte de las armas destruidas corresponden a armas de fuego largas, como escopetas, y armas de fuego cortas, como pistolas y revólveres.
Los agentes han fundido alrededor de 2.300 kilógramos de armas que la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil de Cantabria tenía depositadas.
Los motivos de estos depósitos son diversos, destacando las armas que son entregadas por sus propietarios al no querer continuar con su propiedad o perder las condiciones psicofísicas para su tenencia, la no renovación de licencias, por encontrarse a disposición judicial y dictar su destrucción, y otras intervenidas en acciones de seguridad ciudadana, siendo estás normalmente armas blancas.
Más de la mitad de las armas destruidas, 650, fueron armas de fuego largas, destacando con cerca de 600 unidades las escopetas, algunas de ellas ya inutilizadas.
En cuanto a las armas cortas, se procedió a la destrucción de cerca de 100 unidades de pistolas y revólveres que aún podían disparar, así como cerca de 70 unidades consideradas detonadoras o inutilizadas.
Otra parte importante fue las casi 150 unidades de armas blancas, muchas de ellas intervenidas en actuaciones policiales, siendo el resto de las intervenidas armas de aire comprimido, defensas, llaves de pugilato, entre otros.
Con este plan de control, se pretende prevenir el tráfico ilegal de armas de fuego, la no recuperación de las inutilizadas, no transformación de la consideradas detonadoras y de aire o gas comprimido en armas de fuego de pequeño calibre, e incluso, la fabricación artesanal de ingenios capaces de disparar munición real.
En los tres últimos años y en aplicación Plan de Control de Armas de fuego (PICAF), la Guardia Civil de Cantabria ha destruido sobre nueve toneladas, lo que supone más de 3.000 armas de las diferentes categorías.