miércoles. 12.03.2025
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CRÍTICA

Andrea Marcon dirige una vibrante ‘Arsilda’ de Vivaldi en Santander

El Palacio de Festivales de Cantabria acogió la ópera en tres actos, RV 700

Arsilda
El Palacio de Festivales estrenó el nuevo sistema de sobretitulado estrenado.
Andrea Marcon dirige una vibrante ‘Arsilda’ de Vivaldi en Santander

FICHA:

-Ópera: ‘Arsilda, regina di Ponto’. Ópera en tres actos, RV 700. Libretto: Domenico Lalli. Música: Antonio Vivaldi. Versión en concierto. Estreno en España.

-Reparto: Benedetta Mazzucato, (Arsilda); Beth Taylor, (Lisea); Nicolò Balducci, (Barzane); Shira Patchornick, (Mirinda); José Coca Loza, (Cisardo); Jone Martínez, (Nicandro); Leonardo Cortellazi, (Tamese). La Cetra Barockorchester Basel. Clave: Andrea Buccarella. Dirección musical: Andrea Marcon.

-Espacio: Palacio de Festivales, Sala Argenta. Martes, día 4 de febrero de 2025

-Calificación (sobre 5): ****

El hecho de que Santander haya sido, junto a Madrid, las ciudades destinadas a estrenar en España la ópera 'Arsilda, regina di Ponto' de Vivaldi, dice mucho a favor del responsable de la programación del Palacio de Festivales de Cantabria. El encargado de dirigir esta ópera de juventud vivaldiana ha sido Andrea Marcon, uno de los grandes especialistas en la obra del compositor, al frente de su conjunto La Cetra Barockorchester de Basilea.

Estrenada durante el carnaval de 1716 en el teatro Sant’Angelo de Venecia, era la tercera ópera que escribía Vivaldi y tuvo un enorme éxito a pesar de los problemas con la censura de la época. Su libretista Domenico Lalli escribió una historia tremebunda, llena de situaciones rocambolescas de engaños, mentiras e identidades falsas. Amoríos mezclados con irreverencias y hombres y mujeres travestidos para intentar engañar a otros. Con estos antecedentes y en esa época, pues como que aquello no lo aceptaban los censores.

De esta ópera sólo figuran dos grabaciones en disco, una dirigida por Federico Maria Sardelli, y la otra es la que se ha presentado hace unas semanas que dirige el propio Andrea Marcon en la serie Vivaldi de Naïve, con un reparto casi idéntico al que hemos podido escuchar en Santander. La obra tiene momentos de especial inspiración melódica y una escritura que ya denotaba el genio vivaldiano.

Andrea Marcon es una garantía absoluta en este repertorio, dirigiendo de forma detallista y concisa y con la inestimable ayuda del clavicenista Andrea Buccarella, dando al acompañamiento de los recitativos una especial relevancia. Consiguió un sonido brillante y siempre afinado del magnífico conjunto La Cetra Barockorchester, a pesar de tocar con instrumentos de época, sobre todo en las siempre arriesgadas entradas de las trompas, al igual que la pareja de tiorbas y oboes. Toda la sección de cuerdas estuvieron magníficas, sobre todo en la escena de la caza del segundo acto, con sonidos de pájaros y del viento incluidos.

El reparto de los siete personajes estuvo formado por voces jóvenes pero con una preparación y técnica brillante. La contralto Benedetta Mazzucco hizo una Arsilda serena y empastada, aunque por su tipo de voz y sus notas graves, más bien pienso que es mezzosoprano antes que una contralto.

Magnífica la mezzo (esta sí) Beth Taylor con una interpretación del papel de Lisea lleno de poderío vocal, dominando los complicados cambios de tonalidad y de escala. El mismo excelso nivel es el contratenor (más bien sopranista) Nicolò Balducci, que recreó el papel de Barzane de forma espléndida, facilidad para las agilidades y coloraturas, como su estupenda aria del segundo acto 'Quel usignuolo che al caro nido', de un fraseo nítido y preciso. Ellos dos fueron justamente los más ovacionados por el público en los saludos finales.

A destacar el resto del reparto, la brillante soprano Shira Patchornick en el rol de Mirinda, al igual que la soprano vasca Jone Martínez haciendo un templado y bien afinado Nicandro. Destacó el tenor Leonardo Cortellazi como Tamese, y algo menos brillante el Cisardo de José Coca Loza.

Con buen criterio, Andrea Marcon decidió suprimir algunas escenas y recitativos, centrándose en lo más sustantivo de la obra. El bellísimo final feliz, cantado por los solistas en forma de coro, puso el broche de oro a una vibrante interpretación, y que hubiera sido merecedora de una mayor y más contundente campaña publicitaria para conseguir una asistencia de público más numerosa.

Por cierto, hay que felicitar al Palacio de Festivales por el nuevo sistema de sobretitulado estrenado con esta ópera, mucho más visible y en bilingüe, en el idioma original (italiano en este caso) y en castellano, similar al que se usa en el teatro Real de Madrid.