domingo. 09.03.2025
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CRÍTICA

‘Música para Hitler’ y la importancia de saber decir no

El Palacio de Festivales de Cantabria acogió esta obra teatral dirigida por Juan Carlos Rubio

Los actores de 'Música para Hitler'.
Los actores de 'Música para Hitler'.
‘Música para Hitler’ y la importancia de saber decir no

FICHA:

-Teatro: ‘Música para Hitler’. Estreno absoluto.  Autores: Juan Carlos Rubio y Yolanda Serrano. Intérpretes: Carlos Hipólito, Kiti Mánver, Cristóbal Suárez y Marta Velilla. Escenografía: Leticia Gañán. Vestuario: Pier Paolo Álvaro. Dirección: Juan Carlos Rubio.

-Espacio: Palacio de Festivales, Sala Pereda. Viernes, día 7 de marzo de 2025.

-Calificación (sobre 5): ***

Vivimos unos tiempos convulsos, de imposiciones sociales que intentan limitar nuestras libertades individuales con censuras absurdas y peligrosas. Este es el tema, nada ficticio, que utiliza el director Juan Carlos Rubio para argumentar su nueva obra teatral ‘Música para Hitler’, que ha tenido su estreno absoluto en Santander este viernes, día día 7, en el Palacio de Festivales de Cantabria.

Es la segunda vez que el director y su productora Talycual, eligen Santander para un estreno nacional, la anterior vez fue en 2022 con ‘El inconveniente’ y casi con el mismo reparto de entonces, solo que ahora con Carlos Hipólito que ha tardado un tiempo en poder incorporarse a esta producción.

En ‘Música para Hitler’ se nos cuenta una historia que fue real, aunque los textos, como es lógico, son ficticios. Los hechos se remontan a 1943, cuando el ya famoso violonchelista Pau Casals vive exiliado en la localidad francesa de Prada de Conflent junto a su esposa y su sobrina y a otros refugiados de la guerra civil española. En esa época ya era muy conocida la actitud pacifista de Casals, que incluso rechazó en 1933 la invitación de tocar con la Filarmónica de Berlín tras la llegada de Hitler al poder en Alemania.

La historia narra el encuentro en su domicilio entre un oficial nazi y Casals, en el que le invitan a tocar en Berlín para conmemorar el aniversario del acceso al poder de Hitler. Como era de esperar, el gran músico catalán se niega a ello, aún sabiendo las consecuencias que podría acarrear, nada agradables, de su decisión. Los diálogos están bien desarrollados con momentos de tensión, en los que el oficial nazi demuestra su total conocimiento no sólo de la vida de Casals, sino también de su esposa y de su sobrina, incluyendo al novio de ésta.

Carlos Hipólito recrea a un convincente Pau Casals, de carácter férreo, poco sociable, que hace frente al intento de los nazis de utilizarle para sus fines. Kiti Mánver, en el papel de su esposa, impone la templanza necesaria en los momentos de mayor tensión, haciendo creíble un papel nada secundario y, a la vez, necesario para calmar los ánimos, no sólo del músico sino también del propio oficial alemán. Marta Velilla da frescura a la escena en su rol de sobrina del músico, que se va creciendo a lo largo del desarrollo de la obra. Por su parte, Cristóbal Suárez se hace cargo del oficial nazi, correcto aunque algo falto de más carácter en su actuación.

La obra funciona bien, algo lenta en sus inicios con una excesiva lección magistral sobre la Suite número 1 de Bach, que sonará de forma repetitiva, y que es usada como leit motiv argumental. Los momentos finales con el discurso aclaratorio del oficial nazi, es un buen cierre emocional de la obra, con Casals tocando de nuevo su violoncelo la música de Bach. Un final al que le sobra la última aparición del oficial haciendo el saludo nazi en las sombras, no aporta nada y distrae del momento emotivo.

La escenografía de Leticia Gañán es práctica con un decorado único en forma giratoria, bien iluminada y un vestuario adecuado diseñado por Pier Paolo Álvaro, sobre todo el de Marta Velilla para el papel de la sobrina.

Juan Carlos Rubio nos muestra la importancia de ‘saber decir no’ en momentos claves, y así pareció entenderlo el público que ha llenado las dos funciones previstas en Santander, con grandes aplausos de aprobación.

Se agradece la presencia en el escenario del autor y el equipo escénico en los saludos finales, aunque no parece muy apropiado salir a saludar al respetable en playeros y jersey como si fueran a tomarse unos chatos de vino. Las formas también son importantes, y más tratándose de un estreno nacional.