Blanqueo social
Poco nos pasa, señores, para lo que se nos viene encima y no ponemos el grito en el cielo.
Vivimos una era en la que lo único que nos falta es que nos caiga un meteorito y nos extinga por quinta vez, porque estoy convencida de que hemos llegado a un tope en la escala evolutiva y hemos estado en este planeta mil veces, repitiendo patrones, hasta que nos recuerden que vivimos el día de la marmota y que debemos hacerlo bien de una vez por todas.
Digo todo esto porque llevamos más de dos años en donde todo se blanquea; desde los asesinatos, la pederastia, las tetas al descubierto, la justificación de leyes y mil cosas más, y encima te dicen que la solución a los problemas sociales es avisar, como a los niños, con un tastás en el culete para que no lo vuelvan a hacer.
Lo peor de todo es que aquí no dice nadie nada y todo se justifica: ¿Qué hay que asesinar a uno porque le tenía retenido sexualmente? Aquí paz y después gloria; lo descuartizamos, le hacemos chorizos y lo comemos en una barbacoa el domingo (disculpen la ironía) ¿Qué hay que mostrar unas tetas porque así se acaba la violencia de género? Tranquilos, porque estoy segura de que jamás habían visto unas y hay que dar propaganda a los discos ¿Qué hay pedófilos grabando en la playa a niños? Sin más, hay que dejarlos que se recreen culturalmente siendo extranjeros ¿Qué el gobierno nos vende a Marruecos? De lujo, destino vacacional gratis para los españoles.
¿Qué nos está pasando? ¿De verdad que nadie piensa decir que esto es una locura y que vamos a un precipicio tan brutal donde lo único que nos falta es que se declare un autogolpe de Estado, como el de Pedro Castillo, y que encima alabemos al que tiene, presuntamente, intención de hacerlo como si fuera Ra reencarnado en este siglo?
He llegado a la conclusión de los ‘Illuminati’ han renacido, si no es que nunca desaparecieron, como nos quieren hacer creer, por lo tanto lo que nos queda por vivir va a ser tan duro que si tragamos con esto lo siguiente será comer el Nanax porque es bueno para limpiar las paredes intestinales y así le damos un repaso estomacal al cuerpo y adiós a la Seguridad Social, que esta es cara y no estamos para gastar en tonterías, por lo que trátese usted mismo a lo DIY (Do It Yourself) .
Cuando veo este blanqueamiento, que ni con Ariel y lejía, en los medios de comunicación me da un miedo tan atroz que me dan ganas de dormir y despertar en la edad de no sé cuándo, pero en alguna.
Esto es muy peligroso, señoras y señores, y cada vez que giramos la cara sin decir ni pío ese gusano se convierte en un ser abominable que nos tragará sin hacer la digestión para expulsarnos como abono en un campo donde hay cemento y no vegetación.
Sigamos callados y veremos el resultado.
Ahí lo dejo.