viernes. 22.11.2024
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Opinión

S.O.S youtuber, dígame?

“Yo quiero ser una chica youtuber, como Pepi, como Luci, como Bom, venderle  al Garbo mis secretos de alcoba, ponerme luto por un matador... “

De esta manera y haciendo eco de una canción de Joaquín Sabina, maestro donde los haya, es como empiezo este artículo, dándome cuenta de que elegí mal mi carrera, Filología, cuando podía haberme pasado esos años creando un canal que me catapultase a la fama, qué idiota soy.

No se engañen ahora los jóvenes están dispuestos a todo con tal de obtener fama de manera fácil, sin complicaciones, vendiendo su vida íntima y personal a cambio de unos cuantos Likes que les haga conseguir dinero rápidamente, llenando sus cuentas sin importarles un pimiento formarse como es debido, no vaya a ser que pierdan el tiempo y la juventud vuela, señores.

Los tiempos cambian, indudablemente, y con ello la forma de fabricar un nuevo formato para darse a conocer en la pequeña pantalla, pero no se equivoquen, es una pantalla que está acaparando demasiado y donde las empresas publicitarias han visto un gran filón para introducir sus productos.

Todo vale, así de claro, es un método en donde no importa si sabes expresarte bien o no, es más, cuanto más simple y más cercano seas más suscriptores tendrás y más se interesarán los anunciantes en ti.

Este medio ha sido muy inteligente y ha sabido jugar las cartas en una ruleta rusa donde ellos no pierden y dejan que los que exponemos nuestras vidas ( yo incluida) en nuestros canales nos demos un zarpazo bien dado si no conseguimos nuestros objetivos.

No critico los medios, sino las formas, y que muchos de los jóvenes que allí se encuentran no tengan más miras que ser famosos, dar contenido y no preocuparse por sacar unos estudios para valerse en la vida.

El ejemplo más claro y por el que estoy escribiendo estas lineas es por el caso concreto de la influencer ucraniana, Marina Yers, que ha expuesto en su canal su “algarabía” por poder ser llamada a filas y a empuñar un arma para defender su país del ataque indiscriminado ruso. Hasta ahí todo bien, pero cuando ya manifiesta que su objetivo es poder sacar material para dar más contenido en su canal es cuando se disparan todas las alarmas de la moralidad pasándose de frenada en una autoestopista en la que estamos los demás viendo la prostitución permisiva de que esto no se esté denunciando como sociedad, sabiendo lo que este delicado tema está haciendo sufrir a su país y a sus gentes.

Sí señora, es muy patriota que vayas a defender a tu país para sacar rendimientos monetario, exponiendo una pose en la que simulas empuñar un arma disparando a no se sabe quién.

Creo que se lo debería hacer mirar y, peor aún, lo que más me provoca el rechazo extremo es que ese medio no lo haya censurado, total qué más da, se saca rendimiento y eso es lo que cuenta.

Pero nadie dice nada, no importa, como bien dije en el anterior artículo lo único que nos preocupa es extender el brazo para la dosis necesaria para no recapacitar en nada más, el resto es pensar si es ético o no y algunos no están ni para eso, no se vayan a cansar las neuronas y provoquen un estallido que los deje más atontados de lo que quizás ya están.

Lamentable, triste y preocupante, así de claro, lo justifiquemos como lo justifiquemos. Estoy segura de que si le preguntásemos cuáles son los objetivos estratégicos de Putin para invadir su país o consecuencias de esta sucia y terrible guerra se quedaría mirando a la nada, sin saber qué contestar , pero con una rápida reacción para justificar su ignorancia suprema aludiendo que basta con generar contenido que les agrade a los que consumimos la basura indigesta para conseguir más usuarios.

No se equivoquen, los canales de Youtube son creativos, instructivos y cooperativos en muchos casos, pero no todos entran en estos calificativos, lo siento, por lo que cuando veo algo así me horroriza, sobre todo cuando veo que a Albert Domenech, gran periodista de la Vanguardia, hace análisis objetivos y ustedes lo censuran por hablar del asesino de Sandra Palo, cuando permiten que otros canales comenten atrocidades sin rigor, sin investigación y sin moral, así como lo leen.

Es triste que haya carencia de fontaneros, albañiles, aprendices y demás gremios sabiendo que el dinero fácil ahora se consigue en estas plataformas, por lo que no se molesten en llamar si tienen algún problema a ninguno de ellos, pasarán de todo esto como aquél que justifica su estulticia con la mejor de las sonrisas.

Ahora en Youtube tienen tutoriales de hágalo usted mismo (DIY), por lo que nos convertiremos en esos gremios ante la carencia de profesionales. Es más creo que ahora te podría ir uno de ellos a casa para arreglarte el grifo, pero no se marcharía sin hacerse un selfie para su Instagram, esta es la realidad.

Los medios cambian y las plataformas también, pero sería bueno que se parasen a pensar si cuando todo esto se acabe, que se acabará, se lo aseguro, para crear otras plataformas nuevas, o cuando los seguidores les den la espalda miren a su pasado y encuentren un cubo de basura al comprobar que no han hecho nada en su vida.

Pero hay excepciones y me encanta ver cómo gente que tiene canales se siguen formando y tienen aspiraciones en la vida para seguir logrando objetivos. El problema es que otros no saben que se puede compaginar la formación con el ocio y el trabajo temporal.

Así encontramos a un youtuber que salió en su medio expresando horrorizado que cómo podía haber gente viviendo en Palencia, que jamás había escuchado esa localidad y que le parecía el lugar más inhóspito del mundo. Ahí es nada, lo que más preocupa es que ese chico es español y no conoce las comunidades autónomas ni sus ciudades, lo más básico desde la EGB y la ESO.

También hay quien ha sabido gestionar este medio y le ha sabido sacar partido, pero lleva implícito un curro detrás de conseguir marcas y objetivos, por lo que han sabido crear sus propias empresas desde cero, bravo.

Así encontramos canales como Rebeca Terán, Nereacooper, que sacó el PIR en su carrera como psicóloga mientras grababa su día a día estudiando y trabajando en curros precarios, o Laura Yanes que siguen con su formaciones, con sus objetivos y con sus metas, pero han sabido sacar partido a la red de una forma sublime y honorable.

No puedo meter a todos en el mismo saco, faltaría más, ya que estaría incurriendo en mi propia ignorancia y echando tierra sobre mi propio tejado, puesto que consumo este tipo de plataforma online y me gusta, pero hay otros que sin oficio ni beneficio siguen las tendencias sin ver lo que se les viene encima. Ahí está el problema, que son personas y críos considerados influyentes, o como ahora se hacen denominar, influs, por lo que, como bien quiere decir la palabra en cuestión, influyen en nuestros hijos y en su entorno, preocupante, muy preocupante, cuando pueden tenerlo como iconos de la vagancia suprema para no dar un palo al agua ni física ni intelectualmente.