Un PRC entregado al PP y buscando volver al Gobierno regional

Se dedica más a los libros y a estar presente en los programas de televisión nacionales más que a la gestión de su Comunidad han sido una constante utilizada por los populares para desprestigiar a Revilla, sobre todo en la etapa de Ignacio Diego como líder.

Además, han dado el visto bueno al presupuesto sin muchas trabas, ni exigencias, de manera rápida, incluso antes del debate y estudiar las enmiendas, ante un documento económico que se presentó con errores iniciales, resueltos posteriormente, y una subida inicial de los sueldos de los políticos del 20 por ciento que después de materializó en un 6,9 tras el malestar generado.

Méritos está haciendo el PRC para volver al Gobierno regional dentro de tres años y medio, ya sea junto a la derecha o con la izquierda. Si el PP sufre desgaste en el gobierno y necesita la muleta de algún partido para seguir en el Ejecutivo Autonómico, los regionalistas estarán pendientes. Ahora bien, si el PP es la candidatura más votada, raro es que entreguen la presidencia al PRC como ya hizo en su día el PSOE.

Por su parte, los populares, con 15 diputados regionales de 35, buscarán lograr la mayoría absoluta, 18, para no depender de nadie.

Sin embargo, seguro que no se olvida de la otra opción y volver a pactar con el partido con el que más tiempo ha gobernado Cantabria, con el PSOE. Hay que tener en cuenta que Revilla, que no se presentará y está por decidirse su sustituto, siempre ha sido muy crítico con los Gobiernos centrales del PP y en el caso de que Pedro Sánchez (PSOE) siga en la Moncloa, los socialistas son una alternativa para reeditar gobierno.

Sea quien sea el sustituto, ninguno en un principio con su perfil de Revilla, está por dilucidarse si el líder regionalista participará en la campaña como si fuese el candidato regionalista, al igual que hizo con José María Mazón (PRC), candidato al Congreso en las elecciones generales de 2019.

Mientras tanto y viendo lo sucedido en este primer presupuesto de la legislatura 2023-2027, y salvo algo llamativo, es factible que se vuelva a repetir esta situación a la hora de aprobar el presupuesto regional en los años sucesivos.

Así, la posibilidad de un gobierno PP-Vox en Cantabria, salvo imposición desde Madrid, es algo complicado y difícil.

Mientras tanto, hay que recordar que ya hay varios gobiernos en los ayuntamientos donde gobierna el PP y el PRC, como son los casos de Reinosa, que ha vuelto a reeditar el gobierno,  aunque con cambio de alcalde, antes era del PRC y ahora es popular. A ellos se han sumado Ampuero y Liérganes por poner unos ejemplos con alcaldes del PP y el apoyo de los regionalistas.

Sin embargo, también hay Consistorios en los que siguen el PRC y el PSOE formando el equipo de Gobierno, como en Torrelavega, Medio Cudeyo o Hazas de Cesto. Este último caso, donde  antes el regidor municipal era del PRC y ahora del PSOE merece unas líneas.

El exalcalde José María Ruiz (PRC) dimitió tras un proceso judicial en el que luego fue absuelto. Durante ese tiempo, Alejandro Llano tomó las riendas del Ayuntamiento en su sustitución. Tras la resolución judicial, el PRC optó por volver a situar a José María Ruiz de número uno y candidato, motivo que llevó a un malestar con su sucesor, quien al final decidió presentarse en la lista electoral socialista. A pesar de las discrepancias, ahora el PSOE y el PRC gobiernan juntos.

Y no hay que dejar de lado, si en esta legislatura los populares consiguen reconducir que exPP y alcaldes independientes como Enrique Bretones, en Alfoz de Lloredo, y Lorenzo González, en Valdáliga, vuelvan al PP.

También cabe destacar en la recta final de la pasada legislatura los casos de transfuguismo adelantado que se dieron en varios Ayuntamientos, sobre todo por los concejales de Ciudadanos, en municipios como Argoños o Santa Cruz de Bezana, entre otros.

La estrategia fue que presentasen su dimisión a escasos meses de concluir la legislatura para después pasar a formar parte de las candidaturas del PP o el PRC a las elecciones municipales.

En definitiva, una legislatura que acaba de comenzar y se presenta sin muchos sobresaltos, salvo el juicio pendiente contra el funcionario de Obras Públicas donde se verá qué explicaciones ofrece, a quién salpica el supuesto entramado, si salpica a alguien, y en que queda la sentencia.