Las elecciones en el País Vasco y la vida sigue igual
Pocos cambios en las elecciones en el País Vasco. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) gana por los pelos y sobre todo con los votos de su granero en Vizcaya.
Imanol Pradales será el nuevo Lendakari, con 48 años, es lo que se llama el relevo tranquilo.
De todas formas, se les ha visto demasiado contentos, para unos discretos resultados, con la pérdida de cuatro escaños, quizás por la tensión acumulada, ya que han tenido después de mucho tiempo miedo real a que Bildu fuera la primera fuerza política en Euskadi.
La mayor subida sin duda ha sido la de Bildu, con seis escaños más. Hay que destacar su campaña, mucho más cercana por los barrios, con la sanidad y la vivienda cómo temas centrales de la misma. Su candidato Pello Otxandiano con 40 años ha sido un hábil orador, con alguna polémica sobre la condena de la violencia, pero da la sensación que eso no le ha pasado factura, de todas formas, el votante de Bildu sabe perfectamente de dónde vienen y quienes son, a estas alturas solo se engaña el que él quiere. Ha quedado claro, quién es el líder de la oposición y la fuerza alternativa. Muchas circunstancias en estas elecciones nos recuerdan a las Gallegas y las similitudes entre el bloque y Bildu.
Las encuestas no se han equivocado, esta vez no había voto oculto, los votos de Bildu son reales y se les está poniendo cara institucional.
El PSOE, tenía muchas dudas y miedos con la que le está cayendo, desde la aprobación de la amnistía y sus pactos con Puigdemont. Sin duda, ha salvado los muebles con un resultado muy digno, esa subida de dos escaños ha sido una inyección de optimismo y ese balón de oxígeno que tanto necesitan sobre todo a nivel nacional, parece que en Moncloa respiran más tranquilos. Eneko Andueza, 44 años, ha hecho una buena campaña, el PSE-EE se ha abierto camino y estará en el gobierno vasco con más peso que antes y Eneko tiene ya cara vicelendakari.
El PP sigue en la irrelevancia, pero esa subida de un escaño, le sirve para decir que todo podía haber sido peor, es cierto que en anteriores elecciones iba en coalición con Ciudadanos, pero esto era algo testimonial. Su candidato, Javier de Andrés, con 56 años, es el más mayor, lo que habla del cambio generacional en estas elecciones, donde todo puede parecer que sigue igual, pero los protagonistas han cambiado en todos los grandes partidos.
En Génova se han quedado tranquilos con unos resultados que ni frío ni caliente. Feijóo tiene un problema en el País Vasco y Cataluña, donde no pasa de ser un partido testimonial y eso es un lastre para sus aspiraciones a nivel nacional.
Por si fuera poco, Vox no desaparece, conserva ese escaño por Álava, que es el más barato. Esto de que todos somos iguales en unas elecciones es una quimera en muchas situaciones, pero en las elecciones en el País Vasco es para nota, un voto de un Alavés vale por cuatro de un Vizcaíno.
El reparto simétrico de los 75 escaños del Parlamento Vasco entre las tres provincias vascas, independientemente de su población, abarata el 'precio' del escaño y favorece la sobrerrepresentación de formaciones menores. Ahí están en el recuerdo Unidad Alavesa, UPN, ahora Vox e incluso Sumar.
Así, Sumar ha logrado salvar la cara y ganar su enfrentamiento fratricida con Podemos. Con todo tiene mérito, sobre todo porque no es fácil cuando el viento va en contra y se divide el voto a la izquierda del PSOE, y con un EH Bildu que barría todo el voto útil. Podemos, Se lo tienen que mirar, muchos votos de la izquierda van directamente a la basura, por un comportamiento que algunos pueden catalogar de irresponsable, pero es su derecho y su libertad.
Vamos, que a pesar de los cambios de rostros, son pocos los cambios reales, aunque EH Bildu e incluso el PSOE-EE han ganado peso, el primero en la oposición y el segundo en el futuro Gobierno Vasco; pero con todo, al PNV nadie le quita el seguir siendo el partido ganador de las elecciones en el País Vasco, como dice la canción, “la vida sigue igual”.