El juicio contra el acusado de instalar, posiblemente, unas cámaras de grabación en el baño y los dormitorios de la vivienda para alquilar a cuatro mujeres será el lunes
También se juzgará el miércoles al acusado de, presuntamente, realizar tocamientos a la hija de su pareja, aprovechando que se encontraba ausente por trabajo
El juicio contra el acusado de una posible instalación de unas cámaras de grabación en el baño y los dormitorios de la vivienda para alquilar a cuatro mujeres será el lunes, día 9 de septiembre, a las 9.30 horas, en Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.
Las cámaras tomaron hasta 26 videos de escenas íntimas en los que aparecían las cuatro mujeres en diferentes horas durante dos días.
Sin autorización de las inquilinas, el acusado entró en el piso de madrugada y se escondió en el interior de una habitación del inmueble que estaba excluida del contrato de alquiler, con el fin de recoger las cámaras que colocó. Entonces, las mujeres le descubrieron e interpusieron denuncia.
Una vez detenido y antes de conocerse que realizó las grabaciones, el acusado facilitó a los agentes la figura de desbloqueo de su móvil, con lo que estos pudieron encontrar los videos, que se encontraban almacenados en el teléfono.
La Fiscalía, la acusación particular y el propio acusado suscriben y elevan a la Audiencia un escrito que le considera autor de cuatro delitos de revelación de secretos en concurso con un delito de allanamiento de morada.
La pena que figura en el escrito y admite el acusado se eleva a dos años de prisión, multas que suman 4.320 euros y prohibición de acercarse y comunicar con las mujeres durante tres años y nueve meses.
Asimismo, se pide que sea condenado al pago de las costas, incluidas las de la acusación particular que están fijadas en 3.000 euros.
Otro juicio
También se juzgará el miércoles, día 11, a las 9.30, al acusado de, presuntamente, realizar tocamientos a la hija de su pareja, aprovechando que se encontraba ausente por trabajo. Según el escrito del Ministerio Fiscal, el acusado convivía con la niña, que tenía catorce años.
A lo largo de dos años, cuando su madre se ausentaba, en ocasiones el acusado le realizaba tocamientos por las piernas y los muslos por encima de la ropa y alguna vez cuando la chica dormía le metía las manos por debajo de las sábanas y encima del pijama.
Cuando el acusado intentó tocarla la chica se lo impedía “empujándole o echándole para atrás”.
La Fiscalía explicó que el acusado actuó de este modo “prevaliéndose de su condición de padrastro”, manifestando a la menor en varias ocasiones que ‘si ya hacía todo lo que él decía la dejaría hacer lo que quisiera’”.
La chica, quien relató en el colegio lo sucedido, se encuentra en tratamiento psicológico y presenta un estado emocional afectado en el área familiar, sexual y académica.
La Fiscalía califica estos hechos como delito continuado de abusos sexuales a menor de 16 años, merecedor de cuatro años y medio de prisión, alejamiento y prohibición de comunicar con la chica durante siete años e inhabilitación para desempeño que conlleve contacto con menores durante seis años.
En concepto de responsabilidad civil, pide el ministerio público que el acusado indemnice a la menor en 10.000 euros por las secuelas psicológicas que sufre.
El Gobierno de Cantabria, por su parte, como acusación particular, se suma a los hechos descritos por la Fiscalía y añade a los mismos que en una ocasión el hombre empleó fuerza para inmovilizarla, agarrándole los brazos y estirándole las piernas.
Su petición de pena se eleva a siete años y medio de prisión, pide las mismas penas de alejamiento, prohibición de comunicación e inhabilitación, y solicita una indemnización que eleva a 15.000 euros.