Grupo del colegio
Nadie sabe lo que es sentir verdadero pavor hasta que alguien del colegio de tu hijo te invita a permanecer en un grupo de whatsapp del ciclo que esté cursando.
Solo de pensarlo en estos momentos me entran escalofríos y doy gracias a Dios de que mi hijo ya es mayor y cuando estudiaba primaria y secundaria no había este tipo de reuniones virtuales que son para que vengan los santos y las vean.
Soy afortunada, lo sé, y cada vez que veo a alguna amiga que tiene que soportarlos es para salir escopeteada de mis propios pensamientos porque diría cualquier barbaridad y tampoco creo que deba hacerlo por respeto, pero ganas me dan y muchas.
Pues bien, después de varios años escuchando la misma historia y las mismas quejas cuando empieza el curso escolar, maldiciendo que deban permanecer en esa especie de secta encubierta, porque les aseguro que no tiene otro calificativo, y cómo ruegan a alguien que anda por ahí y no se deja ver que por favor entre un virus electrónico en la red y desaparezcan todas ellas por arte de magia porque es insoportable lo que tienen que soportar como especie humana, te fijas que algunos están acudiendo a terapia con medicación pautada por los estragos que está haciendo dicha imposición y que su comportamiento social ha cambiado desde que esta manera de comunicarse se ha puesto en moda entre las masas maternales del centro en cuestión.
Pero no, esas plegarias jamás son escuchadas en la iglesia de la oración grupera por excelencia del santo Socorro y ahí están, una vez más, sufriendo en silencio como si de una regla dolorosa se tratara y menos mal que para esa ahora sí que hay bajas laborales, pero para esta ni un té para las cinco para ver si te alivia y ves las cosas desde otro ángulo al establecido y te lo animan con algún tipo de opiáceo a modo de azucarillo porque no hay manera de poder sobrellevarlo.
Os aseguro que en ese grupo que parece de ayuda, pero no lo es en absoluto, aparecen los mejores personajes que te puedas imaginar y si me apuran hasta Woody Allen podría hacer un casting allí porque seguro que lanza una estrella al firmamento de los sufridores con esfuerzo extremo.
Ahí están, y casi por orden alfabético; la madre protectora; la que pasa de todo; la que no se entera de nada, pero parece que está atenta; la que suplica que le digan los deberes de su hijo a las nueve de la noche porque este se niega en rotundo a ser esclavizado por un sistema estudiantil y argumenta que si no le pagan las horas extras creará un sindicato dentro del colegio que ríete de Comisiones Obreras en sus años duros cuando gobernaba el PP; la que se ríe de las bobadas porque quiere ser aceptada y la tienen dentro por si denuncia acoso maternal en el colegio y ya habían valorado desterrarla, añadiendo patada en el trasero de por medio, pero se contienen por si las moscas; la que domina el cotarro y es la administradora y se hace lo que ella diga sí o también porque de lo contrario te echan del mismo y te sientes como si Juana la Beltraneja fuera expulsada del reino de Gales cuando no sabe ni dónde se encuentra geográficamente; y el que faltaba para el duro; EL PADRE, ese ser que aún no se sabe cómo ha llegado a parar a semejante lugar que está maldito por la sociedad y que va de guay porque no sabe ni dónde ubicarse ni qué papel desempeña en ese grupo, pero no os apuréis que lo encontrará porque al principio se considerará un garbanzo en un puchero de lentejas y hará lo posible por cuadrar y convertirse en el plato estrella del restaurante de Martín Berasategui por apostar alto en la cuadratura del círculo en el que se ha metido.
Os aseguro que si alguien está perdido en un bosque donde no sabe si el viento sopla o son los espíritus invocados los que te hablan, ese es el padre, personaje donde los haya y nominado al Oscar por la película: ‘yo me infiltré entre las madres”’ dirigida por Almodóvar por ser la continuación de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’. No exagero ni un pelo.
Y ya no os cuento si encima es el típico marujón venido a más, que cuando adoptan ese papel es para tener miedo de veras porque es como un Jorge Javier Vázquez controlando un DELUXE y va de guay cuando no sabe ni el significado ni cómo ha llegado tal acepción al diccionario de la Real Academia Española. ¡Toma, Maripili! Se le ve venir enseguida en cuanto quiere quitar el micrófono a la que lo dirige y ser él que saque la información con más estacas que un vampiro adoctrinado.
Y eso no es lo peor, si no que al principio en el grupo llamado por la administradora: ”yo fui a EGB y la LOMCE me está agobiando” se establecen unas normas básicas como no enviar mensajes a partir de las nueve de la noche, no avasallar con anuncios que no tengan que ver con el colegio, esas cosas sencillas de comprender, pero que sin embargo es como si les hubieras dado bases sobre la fórmula de la teoría de los agujeros negros o de si Einstein estaba sembrado el día que dedujo la teoría de la relatividad, por lo que nadie hace caso y como no comprenden las reglas en cuestión bombardean el mismo con lo que les viene en gana.
Y de esta manera tan simple se llegan a leer mensajes de texto anunciando que hay oferta de uniformes del colegio en la mercería Juana y que ya si van a verlos y a probar la talla no olviden que en la frutería que hay al lado hay oferta de cuatro kilos de manzanas por dos euros y eso no se puede perder ni harta vino. Hasta ese punto hemos llegado, a hacer la lista de la compra por este medio y sin olvidar que la peluquería está haciendo mechas californianas los jueves porque viene una especialista desde Cuba y así lo ofertan. ¡Menudo grupo de autosuficiencia casero que se han creado sin saberlo!
Pero ahí no termina el tema en cuestión, porque cada día, cada hora, cada segundo cada uno de los miembros que ya son considerados de la hermandad Omega, Alfa, Beta, piensan y esgrimen algún mecanismo para salir del mismo, pero sin levantar sospechas, y se dan cuenta de que como lo hagan o muevan una pestaña para no ser el traidor que abandona el rebaño, sufren el tema con tal ansiedad que parece que pertenecen a alcohólicos anónimos y no han catado el vino ni el día del bautizo ni en la comunión si me apuran.
Ah, no, no, no, eso de salirse es como dejar una congregación religiosa y las consecuencias son tan graves que hasta puedes sufrir una excomunión y espera que el en el juicio final tengan compasión de ti por lo que vas a sufrir en el purgatorio.
Nunca, jamás en la vida, he visto a personas con tanta ansiedad y que sientan estar atrapados en esa secta que les decía desde el principio, porque no pueden soportar que los juzguen al ver en el texto de marras la frase: “Pilar ha salido del grupo”. Esa gente que lo abandona porque ya no aguanta más se ve acudiendo a un grupo de ayuda en el que se presentan con la frase: “hola, soy Ana y soy la traidora del grupo de Whatsapp”. Les aseguro que la cara de comprensión del resto sería un poema y contestarían con el típico: “hola, Ana.”
Eso es como invocar al payaso de IT y no morir en el intento. Leer esa consecución de sujeto, verbo y complementos es como dar al controlador aéreo una motivo para estrellar el avión, por lo que te dan un deficiente como nota final y lo que es peor, te miran de otra manera al día siguiente por no seguir con un ritual que aún no sabemos cuál es el origen del mismo y habría que examinarlo a conciencia. En definitiva, que te has convertido de la noche a la mañana en un apestado y la peste bubónica ni te ha superado en acciones manifiestas, por lo que es peor que un testigo de Gehová abandonando la orden casi ministerial.
¡Huid antes de tiempo de estas situaciones!. Alegad, en vuestra defensa, que no tenéis tiempo y que ya os enterareis de lo que ocurre en la clase con una reunión con la tutora, como se ha hecho toda la santa vida de Dios, pero no caigáis en sus garras porque entrar es fácil, pero salir es estar estigmatizado para los restos y con unas secuelas que aún están valorando los mejores psiquiatras de este país porque como encuentren el fármaco para curarse se forran.
Ahora que tengo a una amiga que está a punto de dar a luz le he dado el consejo de idear un plan antes de tiempo para poder justificar la no admisión por falta de entendimiento en el idioma que puedan hablar en dicho grupo, por lo que la he aconsejado que finja ser de Ucrania, que eso cuela y nadie le va a preguntar nada que no sea sobre el país en guerra y como los gestos aún no se pueden aplicar en los textos escritos se libra y eso la hará ser lista para los restos y un referente para ser la resistencia ante la invasión de semejantes padres que parecen aliens por su poder destructor.
Os aseguro que estoy tan agradecida de no haber llegado a tiempo a estos adelantos que beso al cielo por ser una analfabeta de las comunicaciones y a veces orgullosa estoy de ello, hasta ese nivel llego.
Escapad, hacedme caso, si necesitáis consuelo por ser expulsados del enmascarado jardín del Edén crearemos una plataforma, una vez más, de afectados con nuevo hastag: #sepuedesalirdelgrupodelcolegiosinquetequedensecuelas.