Periodismo ciudadano
Anden con ojo que esto es serio, más de lo que imaginamos y no es broma, que ahora ser usurpador de la profesión es algo que lo tomamos a la ligera y no es tal cosa.
Ahora ser un civil y un simple ciudadano de a pie dan licencia para que te conviertas en lo que quieras y más si tienes un canal en Youtube. A esto se le denomina sea usted quien quiera sin dar explicaciones de si obtiene licencia.
Pues bien, aquí estamos, frente a cuatro niñatos barbilampiños, con menos cerebro que un mosquito en verano chupando la sangre de cualquier vecino, haciendo el papel de un periodista o corresponsal de guerra en un país donde si te cae un misil no te dice ni hasta luego.
Estos pobres de espíritu han tenido la osadía de trasladarse hasta la zona del conflicto para informar de primera mano a sus seguidores de lo que es verdad y lo que no en una guerra sin parangón.
El peligro reside en que ahora los adolescentes ya no consumen televisión sino este tipo de plataformas directas, sencillas de entender y con un bajo coste intelectual del que poco se les ha informado, y son capaces de creer a quien no tiene ni capacidad de raciocinio ni rigor informativo.
Peligroso, muy peligroso, así como se lo digo y expreso. Esta gentucilla del tres al cuarto pone su vida en peligro y se pasea como un pavo real en las puertas de un zoológico para dejarse ver con un plumaje que ni el de Marujita Díaz en un tablao de Andalucía, perdonen la comparación. De esta manera se convierten en héroes de masas estudiantiles que los transforman en un símbolo mediático a quien imitar, ¿aún no ven la gravedad?
Pues bien, así encontramos a individuos que se cuestionan si el señor Putin ha bombardeado o no, o si ha habido fosas comunes o se las han inventado los Ucranianos, que los pobres no tienen otra cosa que hacer que mostrar a los suyos enterrados con las manos atadas y sin haber podido defenderse, increíble.
Esta gente, fieles encubiertos pro patria Rusia, es la que te hace dudar de que te cuestiones todo lo que ves, que para eso ya está él, cámara en mano a lo Miguel de la Cuadra Salcedo sacando a la flora y fauna de un país devastado, ¿para qué vas a creer a los medios de comunicación y a los corresponsales allí desplazados? Anda, hombre, no seas estúpido y sé fiel seguidor de este velociraptor que tiene más sabiduría que cuatro peripatéticos discutiendo sobre economía mundial.
No me vas a comparar, por Dios bendito, esto que emiten en su canal es la verdad suprema no cuestionada y analizada al milímetro por todos los analistas previos al siglo XXI.
Si en la pandemia te reflexionaba (anda que utilizar este verbo con este espécimen es malgastar un tiempo imperfecto) un Miguel Bosé, sabio él donde los haya, de que el virus no existía, ahora ha llegado a la estupidez humana la secuela de: “duda de la guerra, la han inventado los del G20 para que desvíen la verdad de lo que sí está sucediendo en el mundo”. Han convertido al “ a mí plin yo soy Dominguín” en el mejor sectario activista para que te doblegues a su perfil, así de sencillo, simple, absurdo y con falta de sentido común lo mires por donde lo mires.
Que todo es cuestionable, así es; que nadie tiene la verdad absoluta, también, pero que veamos un éxodo de personas en las fronteras de Polonia y se cuestione que esa gente lo hace por perjudicar a un dictador genocida que está evitando que el Dombás sea asediado, sometido, mutilado y aniquilado porque según él toda la población de la zona está a favor de ese país, va un abismo.
Y ese youtuber es español ¡Viva la el españolito de a pie con folio apaisado sin mirar a los costados de un paisaje real y con más pocas miras que una oveja declarando que es vaca porque siente que su género así se lo manifiesta en su rebaño original!
Pues nada, ahí lo dejo, yo a partir de ahora ya no soy escritora ni filóloga, desde hoy mismo me declaro periodista de opinión, toma ya, ¿por qué no? Si da igual del palo que vayas, con tal de sentirse como a uno le dé la gana y de ejercer como bien le venga en gana... ¡Eso es lo que vale!
Pues ya está, a partir de ahora diríjanse a mí como tal, que ya no estoy para chorradas y quiero un prestigio que otra licenciatura no me dará.
¡Cuánta tontería junta en un mundo en el que te obligan a pensar! No lo hagan, ni lo intenten, que ya están aquí estos pobres incautos para que no te cuestiones nada y creas lo que ellos ven sin mirar en el espejo de Stendhal para distinguir si es real lo que este proyecta o la realidad absoluta en estado de excepción es lo que no emite. Aún me pregunto si el síndrome del nombre de este escritor ha calado hondo en una mente depravada que confunde lo real con el mundo de Alicia en el país de las maravillas. No quiero ni pensarlo.
Si cuando digo yo que hay más tontos que ventanas...
¡Ay! cuánto daño hacen estos imberbes, micrófono en mano, convertidos en algo que nunca serán ni aunque empuñen un cincel para enmarcar un título del que carecen y provoca engaño a la sociedad actual.