La diversidad cultural, el gran juguete de los políticos
Siempre me pareció muy certera la frase de Miguel Delibes sobre la esencia del término cultural: “la cultura se crea en los pueblos y se destruye en las ciudades”.
Siempre me pareció muy certera la frase de Miguel Delibes sobre la esencia del término cultural: “la cultura se crea en los pueblos y se destruye en las ciudades”.
Hace unos días que finalizó la 72 edición del Festival Internacional de Santander y ha pasado dejando poca huella.
Ya se han celebrado las elecciones generales, en pleno verano pero con ganas de votar a pesar de las dificultades por el momento elegido por Pedro Sánchez. Y se pueden sacar unas primeras conclusiones de los resultados que hemos conocido.
Según los datos publicados por el Instituto Cántabro de Estadística (Icane), los viajes turísticos a Cantabria de residentes en España por motivos culturales han disminuido en relación a los datos de antes de la pandemia de la covid-19 en 2019.
Es posible que sean dos de las historias más investigadas y con más iconografías conocidas y, como suele ocurrir, se mezclan la mitología y la leyenda con la realidad.
Una de las frases más célebres del novelista y reformador ruso Lev Tolstói viene muy oportuna en estos días: “Para los historiadores los príncipes y los generales son genios; para los soldados siempre son unos cobardes”.
Cuando se acercan estas fechas de febrero se nos pone el corazón de alcachofa, nos sube el azúcar y nos volvemos sensibleros. Pocos saben la causa de tanto descontrol hormonal.
Cuentan que unos sabios eruditos venidos del Antiguo Oriente, vestidos con sus ricos ropajes persas, buscaban a un niño por Belén para adorarle, pero se equivocaron de portal y entraron en el de Brian.
Vivimos en un país de una riqueza cultural enorme, de las más importantes del mundo, y los que nos visitan se maravillan y nos miran de reojo, con cierta envidia, por nuestra calidad de vida. Y en esa riqueza cultural también se incluye la gastronomía, la de toda la vida y la de nuevas tendencias.
Todos los años en las fechas navideñas llegan películas, teatro o ballet con historias fantásticas de duendes, hadas, animales juguetones y niños caprichosos en busca de su mejor regalo.
Somos unos privilegiados por vivir en una región como Cantabria, poseedora de una riqueza histórica, patrimonial y cultural increíble. Pero, ¿somos conscientes de la responsabilidad que ello acarrea? Por los hechos nos conocerán y, sin duda, queda mucho camino que recorrer.