martes. 03.12.2024
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La contaminación de Solvay en la playa de Usgo y la "mala gestión" de la EDAR de San Román, banderas negras de Ecologistas en Acción

El grupo detecta en los últimos años vertidos de las aguas residuales hacia la playa de La Maruca y ocasionalmente acumulación de fangos

Estación depuradora de La Llanilla.
Estación depuradora de La Llanilla.
La contaminación de Solvay en la playa de Usgo y la "mala gestión" de la EDAR de San Román, banderas negras de Ecologistas en Acción

El grupo Ecologistas en Acción ha otorgado a Cantabria dos banderas negras, una por la "contaminación" de la empresa Solvay en la playa de Usgo, en Miengo, y otra a la "mala gestión" por las "deficiencias" en el sistema de saneamiento de la Estación Depuradora de Agua Residual (EDAR) de San Román de la Llanilla.

Así lo recoge el informe 'Banderas Negras 2024' presentado este miércoles por Ecologistas en Acción, en el que la organización ecologista ha otorgado este distintivo a un total de 48 playas españolas como casos más relevantes de contaminación por vertidos de aguas residuales y mala gestión ambiental, a razón de dos por cada provincia litoral.

En el caso de la bandera negra por "contaminación" de Solvay en la playa de Usgo, el informe de Ecologistas señala que desde la empresa, ubicada en Torrelavega, sale un colector de ocho kilómetros hasta el acantilado aledaño a la playa de Usgo, vertiendo los residuos químicos generados como subproductos de sus procesos industriales, como cloruro cálcico, cloruro de sodio, hidróxido de calcio, metales pesados y amoniaco.

Estos efectos, con motivo del viento dominante, se notan hacia el este hasta las playas del Sardinero, Liencres, Covachos, La Arnía, Virgen del Mar, Mataleñas; y hacia el oeste, en las playas de Los Caballos, Marzan, La Concha, Los Locos y La Tablía, llegando hasta el cabo de Punta Ballota.

En total, unos 12 kilómetros de litoral costero, incluyendo la ZEPA Islas Cabreras, el Parque Natural de las Dunas de Liencres y adentrándose en el mar varios kilómetros.

Así, la organización ha vuelto a denunciar que el litoral es afectado por las sustancias contaminantes que el Grupo Solvay lanza al mar desde 2002, durante 40 años se vertía directamente en la costa, por medio de un emisario submarino de 0,5 metros de diámetro que se adentra en al mar 700 metros y vierte sobre el fondo arenoso a 14 metros de profundidad.

Según advierte, este vertido representa un "grave problema histórico" por la "gravísima afección" que ocasiona en el medio, "autorizado" por la Dirección General de Medio Ambiente, según los intereses empresariales de reducir costes al ahorrarse los gastos de reciclado.

El informe apunta como alternativa la instalación de una planta de decantación industrial, con dispensadores y deshidratadores industriales de fangos, una tecnología que se está aplicando con éxito para caudales muy superiores a los generados por Solvay. De esta forma, los residuos así tratados pueden reutilizarse o depositarse en un vertedero controlado.

En cuanto a la bandera negra a la "mala gestión" en la EDAR de San Román de la Llanilla, en Santander, Ecologistas indica que la canalización del efluente "sufre un deterioro severo" que hace que su conexión con el emisario submarino que vierte aguas adentro al mar presente puntos de fuga debido al deterioro del material con roturas puntuales.

Así, se detectan en los últimos años vertidos de las aguas residuales hacia la playa de La Maruca y ocasionalmente acumulación de fangos, que muy probablemente vengan del emisario con afección al marisquero y a la calidad de los organismos filtradores de la zona.

Según apunta el informe, la EDAR de San Román ha dado "problemas" desde su inicio, que se han ido subsanando "no siempre en tiempo y forma". En sus primeros años de funcionamiento tuvo problemas de generación de ruido y ha funcionado durante años con alivios puntuales en episodios de lluvias.

Además, los vertidos ocasionales en enclaves cercanos, como la playa de La Maruca, son hechos que han sido denunciados por el vecindario de San Román.

De esta forma, la organización detecta "problemas ocasionales" debidos al "mal estado" de las conducciones de evacuación de la EDAR y la "falta de implementación" de una red separativa de aguas residuales y pluviales en el conjunto de municipios que evacuan a la EDAR de San Román, de tal forma que vierte alivios ocasionalmente de pluviales y aguas negras por el tanque de tormenta situado en el Bº de Santiago el Mayor, junto a la ría de Raos.

Asimismo, destaca los vertidos de aguas residuales residuales de los barrios de Boo de Guarnizo, en El Astillero, por la ausencia de conexión a la red de saneamiento que conduzca sus aguas a la EDAR de San Román.

Unos vertidos que, según advierte, contribuyen al perjuicio del medioambiente, y aumenta la mala calidad de las aguas de baño y de las playas de san Juan de la Canal, La Maruca y El Bocal.

A su juicio, los vertidos de la EDAR de San Román al emisario que vierte a la mar deberían mejorarse con la sustitución integral de la tubería procurando la recirculación del efluente mediante bombas extractoras que lo reenviase a la depuradora en lugar de vez de mantener el actual estado.

Además, el emisario de la EDAR que vierte residuales frente a la isla de la Virgen del Mar debería prolongarse hasta verter a mayor distancia de la línea de costa y la propia EDAR debería mejorar su estado de mantenimiento para evitar los vertidos ocasionales cuando coincidentes con episodios de fuertes lluvias.

Finalmente, el informe de Ecologistas añade que los tanques de tormentas periféricos "solo deben servir para momentos puntuales de episodios de fuertes lluvias y nunca para servir de alivio a las aguas residuales".

Cree que a medio plazo habría que articular un sistema de depuración menos centralizado que permita instalaciones distribuidas de menor tamaño que faciliten sistemas de fitodepuración.

Vertidos

Algunos de los problemas que se denuncian en el informe son las afecciones a la biodiversidad, basuras marinas, vertidos, deficiencias en los sistemas de saneamiento y depuración, o la contaminación química, lumínica y/o acústica.

Este año, además, se hace hincapié en los problemas derivados de la turistificación y la urbanización de todo el litoral, un problema que afecta especialmente a las Islas Canarias.

De las 48 banderas negras concedidas este año, 15 son por urbanización de la costa, a veces incluso invadiendo el Dominio Público Marítimo-Terrestre (DMPT); 16 por vertidos, deficiencias en los sistemas de saneamiento y graves problemas de depuración; 6 por contaminación química, lumínica y/o acústica.

También hay uno por daños al Mapa interactivo localización banderas patrimonio histórico y cultural en DMPT, tres por acumulación de basuras marinas, tres por dragados y ampliaciones portuarias sin justificación y cuatro por afecciones a la biodiversidad, aunque por lo general este es un daño colateral en cualquiera de las otras banderas negras otorgadas.

Del informe también se extrae otro grave problema ambiental que sufre el litoral español, como es la alta concentración de plásticos. Si bien el vertido de pellets plásticos que afectó la costa gallega a principios de este año ayudó a concienciar sobre la gravedad de esta problemática, señalan.