El documental ‘La batalla del viento’ se presentará el día 1 de abril en el Castillo de Argüeso
El director cántabro, Richard Zubelzu, junto a Magda Calabrese, producción y guión, da voz a los afectados por megaparques eólicos y pone el foco en el problema de la instalación en las zonas rurales
El Castillo de Argüeso, en Hermandad de Campoo de Suso, acogerá el próximo sábado, día 1 de abril, a las 18.00 horas, el documental ‘La batalla del viento’, un pre-estreno muy especial en el que tras la proyección se celebrará un coloquio con el director de la película, Richard Zubelzu, y los afectados, ‘Plataforma en defensa de las Merindades’ y ‘Plataforma comarcal por la Defensa del Territorio Sur de Cantabria y Montaña Palentina.
La entrada es libre hasta completar el aforo con preferencia al equipo de la película y los mecenas.
Tras la falta de apoyo por parte de las instituciones, los creadores tuvieron que recurrir a la financiación por medio de un crowdfunding con el que se logró poder finalizar el documental.
El trabajo narra historias con una mirada crítica y comprometida, aunque "no se está en contra de las energías renovables, ni mucho menos, pero sí del modelo extractivista, de las empresas del oligopolio y contra el 'greenwashing' o del blanqueamiento de las empresas con el logo verde o la buena prensa que tiene la energía verde".
Una película de plena actualidad sobre la transición energética en la que ganaderos, hosteleros, políticos, activistas, grupos ecologistas, sociólogos, vecinos y naturalistas como Luis Miguel Domínguez aportan sus opiniones sobre las fuentes renovables.
Así intervienen Cristina Alonso (Amigos de la Tierra), Luis Miguel Domínguez (naturalista), Victoria Callejo (ingeniero técnica), Arturo Gutiérrez (ganadero), Israel Ruiz (político), Lucio González (ganadero), María Montesino (socióloga y ganadera), Jaime Humada (hostelero), Javier Lara (extrabajador en parques eólicos), Patricia Zotes (guía de montaña y patrimonio) y Pedro Luis Gutiérrez (político).
En 2004, sólo el ocho por ciento de la electricidad producida en España procedía de fuentes renovables. En 2020, década y media después, el porcentaje se había elevado al 44 por ciento.
Esta rápida transición sólo ha sido posible gracias a una transformación radical del sistema energético, uno en el que la eólica, con un 20 por ciento del total producido el año pasado, tiene un papel preponderante. Pese al gran potencial de la fotovoltaica, es la eólica quien ha capitalizado el salto hacia las fuentes renovables, opina el director.
“Un salto con un impacto visible sobre el medio físico y que está provocando externalidades negativas. Más asumibles que las planteadas por la quema de combustibles fósiles, pero negativas al fin y al cabo. Lo saben bien en las zonas rurales donde se están instalando los enormes parques eólicos necesarios para abastecer al país de electricidad”, señaló
A su juicio, durante los últimos años han surgido reticencias a su instalación ya que los macroparques amenazan la biodiversidad y la cultura rural, aunque no cabe duda que hay que evitar el desastre climático.
