La contaminación en Brazomar, en Castro Urdiales, continúa sin solución por parte del Ayuntamiento
La Asociación de Vecinos Puente Riomar asegura que se siguen vertiendo residuos al río que desemboca en la playa, mientras la alcaldesa Susana Herrán (PSOE) guarda silencio
La contaminación en la zona de Brazomar, en Castro Urdiales, continúa sin solución por parte del Ayuntamiento. Así lo aseguran desde la Asociación de Vecinos Puente Riomar, para quienes se sigue vertiendo residuos al río que desemboca en la playa del mismo nombre.
Según este colectivo desde varias urbanizaciones de la Loma se vierten, mezcladas, aguas fecales y pluviales, a lo que suman la existencia de siete aliviaderos entre el primer y el tercer puente, en la margen derecha de la río, donde también se vierten aguas residuales procedentes de la zona baja de Cotolino, el colegio Riomar, el campo de fútbol, la zona de la Sirena, la avenida Chinchapapa y el entorno de la gasolinera.
“De hecho, el colegio Riomar, el campo de fútbol del mismo nombre y la avenida Chinchapapa carecen de servicio de saneamiento”, incide la asociación.
En cuanto a la margen izquierda de la río, el colectivo hace hincapié en que existen tres conductores y un problema de saneamiento en la avenida de la Playa que conecta con el colector general que pasa por el Paseo Ocharan Mazas y que conecta a su vez con la estación de bombeo en el Club de Tenis.
“En esta zona, el servicio no tiene capacidad para absorber las aguas y prestar servicio a las 4.600 viviendas que existen en Cotolino”, remarcaron
Este puede ser el motivo de que esta playa no tenga la bandera azul de la Unión Europea, señalan desde la Asociación Puente Riomar, desde donde insisten en que no se ha dado una solución completa ni se ha realizado un estudio sobre esta situación.
“Los responsables técnicos municipales de la red de saneamiento y de medio ambiente no han tomado las medidas necesarias”, puntualizan.
Desde el Ayuntamiento, la alcaldesa Susana Herrán (PSOE), de momento guarda silencio y no ha dado explicaciones sobre este problema.
Para esta asociación lo ideal es acometer obras de saneamiento por fases y de hecho todos los años desde la Dirección de Obras Hidráulicas se remite una carta a los ayuntamientos para que presenten proyectos y acceder a subvenciones. “Desde el Ayuntamiento de Castro Urdiales ni responden ni presentan ningún proyecto”, aclaran.
Las gestiones de este colectivo comenzaron en el año 2019, tras fundarse en julio de ese mismo año y divisar la existencia de vertidos tóxicos en el río Brazomar, comprendidos entre el polígono de La Tejera y su desembocadura, una zona donde hay urbanizaciones con piscinas, un estadio deportivo y un colegio, además de empresas y talleres.
Además de los olores y la suciedad que se ha generado, en el verano de 2020 murieron 18 patos en esta zona, seguramente debido a que absorbieron agua tóxica por ingerir la comida que los vecinos les echan al agua, además de la degradación que ha sufrido su rica fauna y la flora por los vertidos sufridos durante años, sospechan desde la asociación.
Tras morir los patos, técnicos de Obras Hidráulicas y Puertos visitaron la zona del río Brazomar en el mes de julio de 2020, tomaron muestras del agua y las llevaron a un laboratorio.
El Centro de Investigación del Medio Ambiente (CIMA), dependiente de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, corroboró la existencia de residuos en el río de Brazomar.
El colectivo recuerda que en febrero de 2021, la Dirección General de Obras Hidráulicas y Puertos del Gobierno de Cantabria, por medio de su responsable Sandra García Monte, y tras detectar los vertidos de aguas residuales, exigió al Ayuntamiento castreño medidas para eliminar esta contaminación.