Opinión

Hemos comenzado el año con un incremento de mujeres asesinadas por violencia de género y aquí nadie se culpa de absolutamente nada ni asume responsabilidades.

Cada día amanecemos con un montón de sandeces pronunciadas desde el Gobierno, pero he de confesar que últimamente les tengo que dar las gracias porque sus ideas y su teorías son tan buenas que me ayudan a escribir, y ojo, que cuesta mucho y no siempre tenemos la presa llena para sacar ideas que argumentar los juntaletras como nosotros, los escritores.

Hay situaciones que pueden tener una base argumental, por la cual, aunque no estés de acuerdo, puedes comprender la posición de otros. Es cierto, que no todo es blanco o negro, que siempre hay matices.

Claro, claro, si ya lo decía la telenovela de los 80 que los ricos también lloran, que tienen sentimientos y que sufren como el común de los mortales, ¿verdad Harry, príncipe de Inglaterra?

Se dice que lo mejor que puede pasar a un árbitro es que pase inadvertido, por ello cuando se habla mucho de ellos, malo, malo; algo no funciona bien, algo está pasando. Últimamente sobre todo con las manos en las áreas. 

Vaya por delante en este artículo mi respeto absoluto hacia todas las inclinaciones sexuales, a las que ni juzgo, ni me interesa saber quién se acuesta con quién ni cuándo y me cansa ir con un cartel alegando que me gusta hacérmelo con peces o no.

Si quieren ser beatificados y convertirse en lo mejor que ha dado la sociedad para los restos solo tienen que acudir a un sitio en concreto, a un entierro.

Cuando creíamos que lo habíamos visto todo la realidad te da una bofetada tan fuerte que no te encuentra ni Paco Lobatón en el programa Quién sabe dónde, de la onda expansiva que te hace desaparecer del mapa.

Estos días ha salido a la palestra la desafortunada noticia sobre un sorteo de Navidad en un  cuartel de la Guardia Civil en donde no voy a hacer propaganda electoral porque ni me presento a las elecciones ni utilizo la estupidez humana como moneda de cambio, pero sí que me propuse hacer un pequeño experimento para saber hasta qué punto las nuevas leyes del Ministerio del Bozal nos inhiben de la única libertad que tenemos, la de opinar.

Tengo que cambiar toda la estructura de mi casa a la voz de ya. Ahora entiendo por qué me duele la cabeza, me salen sabañones en verano, y mira que es raro, y porqué se me encogen los filetes en la nevera si no los he cocinado.

Hace unos días cronistas deportivos y aficionados discuten y le dan vueltas a si el balón que supuso el segundo gol de Japón , que estuvo a punto de dejarnos fuera del mundial, mandando a Alemania de regreso a Berlín, había o no traspasado la raya.

Con la iglesia comunista hemos topado una vez más, con la incongruencia y la falta de escrúpulos de un lenguaje inclusivo que está creando más dolores de cabeza que Naranjito en el mundial del 82 coreando la Macarena de los del Río.

Jajajajja, perdón, perdón, me voy a contener un poco, jajajjaja. Esto es de órdago a la grande y que tiemble el Mus porque ha salido un juego nuevo de naipes con el nombre: hacer el imbécil y que no se te note en el intento.