Nuevos testimonios científicos sobre la ermita rupestre de San Juan de Socueva, en Arredondo, sitúan la construcción en el siglo VII
Los descubrimientos definirán los trabajos de restauración y conservación de este monumento, que se licitarán en el primer trimestre de 2023 con un plazo de ejecución de seis meses
Nuevos testimonios científicos sobre la ermita rupestre de San Juan de Socueva, en Arredondo, sitúan la construcción en el siglo VII. Así lo ha anunciado el vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, Pablo Zuloaga (PSOE), quien señaló que los datos obtenidos también han revelado que a continuación de la nave de la ermita se habría edificado la cabecera y su entrada, de tal forma que dotó de una segunda entrada a este edificio religioso entre la segunda mitad del siglo VII y el segundo y último tercio del siglo VIII.
Zuloaga ha explicado que estos resultados se han obtenido en el marco del estudio de parámetros y arqueología muraria impulsado por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica para conocer la evolución de la construcción a lo largo del tiempo.
El vicepresidente ha señalado que en el primer trimestre del próximo año se licitarán los trabajos de restauración y conservación de este monumento, con un plazo de ejecución de seis meses.
Además, ha destacado que todos estos estudios permitirán definir de manera más concreta y respetuosa los materiales a utilizar en la restauración del monumento, garantizando su conservación y disfrute por las generaciones futuras.
Carbono 14
En el marco de los trabajos de investigación realizados se han efectuado dataciones con carbono 14 en restos de maderas y carbones localizados en distintos puntos de los muros de la ermita, que se han realizado en el laboratorio Beta Analytic de Miami, en Estados Unidos.
Por medio de estos análisis, el estudio también señala actuaciones puntuales desarrolladas en la ermita, como la pared junto al marco de madera, en la que se han detectado arreglos realizados entre finales del siglo IX y finales del siglo X; la instalación de elementos lígneos como el apoyo vertical (norte) del marco de madera entre finales del siglo VIII y finales del IX; y la vigueta entre el tercer tercio del siglo VIII y comienzos del X.
Además, en relación al altar de piedra, los resultados obtenidos han indicado que se trataría de un elemento exógeno al entorno, que fue construido en un taller y posteriormente colocado en el edificio.