Los estigmatizados
Jajajajja, perdón, perdón, me voy a contener un poco, jajajjaja. Esto es de órdago a la grande y que tiemble el Mus porque ha salido un juego nuevo de naipes con el nombre: hacer el imbécil y que no se te note en el intento.
Jajajajja, perdón, perdón, me voy a contener un poco, jajajjaja. Esto es de órdago a la grande y que tiemble el Mus porque ha salido un juego nuevo de naipes con el nombre: hacer el imbécil y que no se te note en el intento.
No quiero levantar ampollas con este artículo y mucho menos herir a nadie que lo esté pasando mal por algún trance que esté viviendo en estos momentos, por la pérdida o por el abandono de alguien, por lo que esto que aquí voy a narrar es mi experiencia de vida y cómo la veo desde hace tantos años que ni me acuerdo.
De verdad que no salgo de mi línea editorial por todo lo que veo en el país y estoy segura de que si me analiza un psiquiatra y ve mi obsesión por el Ministerio de Igualdad se va a dar cuenta de que tengo un trastorno de la personalidad en donde queda encubierto mi debilidad por Irene Montero y en el fondo estoy deseando ser su pareja para los restos.
Esto se está poniendo tan feo en el Ministerio de Igualdad que ya tengo miedo que llegue hasta el panorama musical por cómo está el patio y Serapio se ha olvidado de cortar el césped por los hierbajos que han crecido en los matorrales de al lado.
¡Madre mía, qué lío tengo!. Estoy en un momento que con tanto cambio de identidad me he perdido en el sendero y ya no sé si estoy recogiendo champiñones, champiñonas o champiñenes
Seamos sinceros. Alguna vez hemos sentido admiración por alguien de nuestro entorno, pero el tema se pone preocupante cuando es otra persona quien quiere convertirse en ti y te ves en una encrucijada sin haberlo pretendido
Carlos III ha sido proclamado rey de Inglaterra ante una cantidad de fieles a la corona que no deseaban este nombramiento y muchos hubieran preferido que este hubiera abdicado en su hijo Guillermo porque es lo que la mayoría de la población deseaba, al parecer, y según las estadísticas que se han mostrado durante estos días hubiera sido la mejor elección.
Nadie sabe lo que es sentir verdadero pavor hasta que alguien del colegio de tu hijo te invita a permanecer en un grupo de whatsapp del ciclo que esté cursando.
Cuidado que cuando me da por pensar y analizar las jugadas soy un poco incisiva, pero cuando me doy cuenta de que hace mucho tiempo que hay temas que ya no se tocan es cuando me sorprendo y me asusto de que las cosas pierdan su esencia.
Creo que alguna vez hemos pasado por algún episodio de los que voy a narrar y en donde casi todos nos veremos reflejados de una manera a otra.
Tranquilos que no se me ha ido la cabeza y eso que poco me falta porque desde que leo cosas en la prensa como éstas estoy como para que me ingresen y no salir del psiquiátrico.
Irene Montero está de actualidad una vez más por lo único que la caracteriza, ser popular por sus errores e intervenciones y por hacernos creer que es la mayor defensora de la igualdad en este país.
Debo ser la única que practica este deporte de alto riesgo y no me he enterado, que tampoco sería raro, porque la gente va a lo suyo y no sabe que estamos todos en el mismo equipo sin darse cuenta de que no tenemos ni entrenador ni nombre que nos defina como equipo de primera división.
Mucho psicólogo hace falta en la época en la que vivimos, donde es más importante hacerse un análisis exhaustivo para comprobar en manos de quién estamos y cómo dirigen el cotarro desde un punto de vista político, social, económico y demás circunstancias varias donde algunos tienen cabida y otros se quedan fuera viendo el percal sin caña para pescar.
Pues bien, ya está aquí otro tipo de “maltrato” psicológico que se han acuñado unos cuantos para hacerte ver que eres un depredador de las emociones y que como tal te pueden catalogar como algo que no eres.
Ya está aquí el verano y con él la inmensidad de anuncios que te impulsan a ponerte a dieta sí o también.
Todos estamos en boca de todos y más si se trata el tema sexual como un tabú en donde no hemos avanzado y vamos para atrás como si quisiéramos regresar al siglo pasado.
Cuando escuchas a cierta gente valorar un tipo de literatura erótica es cuando te echas las manos a la cabeza y suspiras con resignación al comprobar, lamentablemente, que las personas tienen el gusto en otro sitio y no precisamente en el paladar de la lectura.
Bueno, bueno, lo que hacía que no encontraba un canal en donde reírme a pierna suelta y donde analizar el salseo con un humor negro que ni el de André Bretón, que fue el que acuñó el término en cuestión.
El tema de la fidelidad me persigue desde que escribí un artículo en una red social sobre una escena que vi en un programa de televisión, donde una joven se rasgaba las vestiduras porque su novio la había dejado y creía que era el fin del mundo.